“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular” (1 Corintios 12:27)

1.Comprender que el ser parte de una comunidad eclesiástica mundial incluye privilegios y responsabilidades hacia esa comunidad y el mundo. 2.Desarrollar un sentido de pertenencia a un cuerpo mundial de miembros, cubiertos por las promesas maravillosas de Dios, lo que nos haga sentir bien y privilegiados.

3.Hacer todo lo posible para que esta comunidad se mantenga unida en Cristo. 4.Aceptar que si cada uno busca, de manera sincera y coherente, el bien de su prójimo, la iglesia estará cumpliendo su misión de ser la luz del mundo y la sal de la tierra.

La creencia y la pertenencia se relacionan estrechamente. Dios desea que seamos parte de la comunidad que Él originó. Es un privilegio pertenecer a esa comunidad, pero eso también involucra responsabilidades. Todos tenemos la posibilidad de contribuir al cuerpo de Cristo.

1.¿Dios realmente quiere un pueblo para llamarlo suyo? 2.¿Acepta cualquier pueblo? ¿Con cualquier clase de costumbres y objetivos? 3.¿Cómo conforma Dios su pueblo hoy? ¿De qué raza? ¿Con qué criterios?

A lo largo de la Historia, Dios tuvo un pueblo determinado y bendecido por Él, que servía y era luz para los demás pueblos de la tierra. El no aceptó a cualquier pueblo. Rechazó al de la torre de Babel, porque querían su propio engrandecimiento. Pero aceptó y llamó a Abrahán, que aún siendo anciano e incapaz de tener descendencia, fue padre de una gran nación.

Dios ya no tiene una raza escogida, pero sí un pueblo conformado de todas las razas, y escogidos por su fidelidad y amor, que demuestran hacia Él y a sus semejantes. Todos podemos decidir formar parte de su pueblo o rechazarlo. “...Al que viene a mí, nunca lo echo fuera” (Juan 6:37).

1.“El hecho de ir a la iglesia no hace de ti un cristiano, ¡así como entrar al garage no hace de ti un auto!” No pertenecemos a una Iglesia porque tenemos nuestro nombre escrito en sus libros, sino porque nos damos cuenta lo que es la iglesia y cuál es el rol que tenemos que desempeñar en ella. “Un feligrés no debe ser reducido a una estadística. Cada miembro de la iglesia tiene un lugar especial y una contribución específica para hacer”.

2.¿Quiénes son los santos, a los que Pablo se refiere en sus escritos? “Cualquier persona llamada y puesta aparte por Dios, que llega a ser parte de la comunidad de la fe”. “En él, todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. En él vosotros también sois edificados juntos, para la morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2:21-22).

1.Analiza con tu clase Efesios 4: ¿Qué aspectos de la responsabilidad cristiana debemos desarrollar? 3.¿Cuáles son nuestras responsabilidades como parte del cuerpo de Cristo?

“Os ruego que andéis como es digno de la vocación a la que fuisteis llamados” (versículo 1). “Con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros en amor” (versículo 2).

“Solícitos en guardar la unidad… en el vínculo de la paz” (versículo 3). “A fin de perfeccionar a los santos para desempeñar su ministerio; para la edificación del cuerpo de Cristo” (versículo 12)

¿Cuáles son las cualidades esenciales para la verdadera unidad cristiana? La unidad en la diversidad es un tema bastante estudiado entre nosotros, pero que debe ser aplicado de manera práctica. Estar en Cristo y ser guiados por el Espíritu Santo. Esa es la única manera de vivir en unidad en una iglesia mundial en pleno crecimiento y en un mundo en permanente cambio.

“En las ramas de una vid hay diversidad y, no obstante, en esta diversidad hay unidad. Cada rama está unida al tronco paterno. Cada rama obtiene su alimento de la misma fuente. Cuando somos ramas de la Vid verdadera, no habrá peleas entre nosotros, no habrá luchas por la supremacía, no habrá menosprecio los unos de los otros” (Elena G. de White, General Conference Bulletin, 25 de Abril de 1901).

¿Cuál es el fundamento sobre el que se basa nuestra iglesia? ¿Cuál es nuestro rol en la iglesia? “La palabra ‘Pedro’ significa una piedra suelta. Cristo no se refirió a Pedro como que fuera la roca sobre la cual edificaría su iglesia. Su expresión ‘esta roca’ la aplicó a sí mismo como el fundamento de la iglesia cristiana ” (Comentarios de Elena G. de White; Comentario Bíblico Adventista, tomo 5, p. 1070).

“Edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular”(Efesios 2:20). “Sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todo en aquél que es la cabeza, esto es en Cristo” (Efesios 4:15).

Sólo somos útiles si hacemos lo que el Dueño, la base, el Fundamento de la iglesia, nos manda. Nuestro papel es seguir las instrucciones de Cristo. “Haced todo lo que os diga” (Juan 2:5), las sabias palabras de María en la fiesta de Caná, nos sirven hasta ahora.

1.La iglesia es una iniciativa divina. Dios la creó y la llevará a la victoria final. 2.Nuestro rol es no arruinar el plan de Dios. Él nos ha confiado una misión, una tarea en esta iglesia. 3.La iglesia está dotada de bendiciones y promesas, dejadas por Dios a quienes les sean fieles. 4.El Señor de la Iglesia vendrá a buscarla, pero no llevará a todos, aunque todos tendrán posibili- dades de gozar la eternidad.

“Hay tres consignas en la vida cristiana que deben ser observadas si queremos evitar que Satanás nos gane la delantera, a saber: Velar, orar y trabajar” (Elena G. de White, Servicio cristiano, p. 134)

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