Para Jesús la Ascensión es el final de una misión cumplida con generosidad
Ha dado testimonio del amor de Dios con la entrega de su vida y ahora vuelve al Padre
Es constituido Señor de todos y de todo
Jesús, en su glorificación, no se ha alejado de nosotros, sino que está aún más presente que antes.
En la Ascensión Jesús ha empezado a estar presente de una manera más plena y universal que en la Navidad, porque ahora está en una existencia resucitada
"yo estaré con ustedes todos los días".
Cuenta con migo.
La alegría de la comunidad por el triunfo de su Señor va unida a una tarea y una misión: "Vayan y prediquen". Cristo envía a los suyos al mundo a predicar, a proclamar, a imponer las manos, a curar, a bautizar.
Para esta tarea, que todos tenemos la experiencia que no es nada fácil, Jesús promete su ayuda más eficaz, el Espíritu: "cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos... hasta los últimos rincones de la tierra".
Y cuando llegue el día nos dará el abrazo de bienvenida.