Ideologías políticas.

Definición. Las ideologías son conjuntos de ideas que explican la realidad existente, es decir, tratan de explicar el funcionamiento del mundo en el plano económico, social, político y cultural…

Como tal, las ideologías ofrecen un punto de vista particular de la realidad y un programa de acción, es decir, un conjunto de acciones para llegar al mundo deseado.

El siglo XX, precisamente, ha sido catalogado como el SIGLO DE LAS IDEOLOGÍAS, en la medida que la lucha por motivos ideológicos se hicieron comunes entonces…

Liberalismo Ideología que surge en el siglo XVIII, con el objetivo explícito de oponerse al despotismo de la época y promover, en su lugar, las libertades civiles.

Entre sus padres intelectuales se encuentran autores como John Locke, Charles Louis de Secondat (barón de Montesquieu) y Adam Smith, entre otros.

Promueve una serie de principios como la libertad de expresión, el establecimiento de un Estado de Derecho, igualdad ante la ley, derecho a la propiedad privada, tolerancia religiosa y constitucionalidad.

Por lo general, incentiva la no intervención del Estado en asuntos económicos, ya que ello se considera algo propio de la esfera privada de los individuos.

En algunos casos, las propuestas liberales se llevan al extremo de plantear la vigencia suprema de la libertad individual, dando origen así al llamado LIBERTARISMO.

Comunismo. También conocido como socialismo científico o marxismo. Nace a mediados del siglo XIX, promoviendo la abolición del capitalismo.

Sus principales promotores fueron autores como Karl Marx y Federico Engels, a través de obras clásicas como El Manifiesto Comunista y El Capital.

Desde su perspectiva, la sociedad capitalista es una sociedad explotadora, donde un grupo social (burgueses) viven de la explotación de una mayoría (proletariado).

En tal contexto, los trabajadores deben unirse, tomar el poder por la fuerza (dictadura del proletariado) y crear una sociedad comunista.

Eso implicaría la abolición de la propiedad privada y el paso de todos los medios de producción a manos del Estado. Eso permitiría la formación de una sociedad sin clases sociales.

Socialcristianismo. También conocido como democracia cristiana. Como su nombre lo dice, esta ideología intenta aplicar los principios del cristianismo al funcionamiento del Estado.

Como tal, encuentra su base doctrinal en documentos como las Encíclicas papales, entre las que destaca la Rerum Novarum de León XIII.

Tiende a promover una serie de reformas parciales dentro del capitalismo, tratando de darle un “rostro más humano”.

Es así como impulsa la aprobación de legislaciones laborales y la formación de organizaciones de trabajadores, entre otros aspectos.

Socialdemocracia. También conocida como democracia reformista o socialismo democrático. Surge a fines del siglo XIX, con el fin de promover una serie de cambios democráticos dentro del capitalismo (liberalismo).

Es desarrollado por una serie de intelectuales entre los que destaca Eduard Bernstein.

Impulsa una participación más activa del Estado, que tiene como objetivo fomentar la igualdad y justicia social.

Incluso, impulsa la creación de empresas públicas, para controlar sectores económicos y sociales considerados fundamentales; cree, por tanto, en una economía mixta (coexisten propiedad pública y privada).

Muestra una preocupación constante por el tema del acceso a la educación, al empleo, a la salud y la protección del medio ambiente

Fascismo (Nacionalsocialismo). Ideología que plantea el peso superior del Estado sobre el individuo. Como tal, exalta la noción de “nación” sobre el individuo o una clase social.

Plantea la construcción de una sociedad perfecta, racialmente homogénea, bajo el mando de un líder carismático que concentra todo el poder.

En tal contexto, rechaza cualquier divergencia política y, en su lugar, promueve el establecimiento de un sistema de partido único y de un Estado fuerte.

Impulsa la militarización de la sociedad, como una vía para el desarrollo nacionalista.

Anarquismo. Ideología que llama a la oposición y abolición del Estado. En palabras de Sebastien Faure, “cualquiera que niegue la autoridad y luche contra ella es un anarquista”.