El Alma del Mundo idéntica al femenino espíritu santo que constituye la tercera persona de la Trinidad Cristiana es Mahat o Mahabuddhi, el Vehículo del Espíritu, Alaya, el Anima Mundi de los Buddhistas del Norte.
El Alma del Mundo en la Kabala corresponde a Chokmah y Binah y es la Raíz Espiritual de Omnisciencia y Omnipotencia de Inteligencia Divina, el pensamiento divino que actúa sobre la Substancia Universal e imprimiendo la Materia Cósmica con el plan de Vida Evolutiva.
El Alma del Mundo es la melodiosa voz, el Sonido o Logos que construye el universo objetivo. Ella cuando es vista como el velo del Supremo Espíritu o Atma, se le considera como un principio pasivo, pero cuando se le ve como un principio activo es Kundalini un poder místico muy intenso.
Mahat es simple antes de la formación del universo, pero se diferencia al animar el Universo
Los Siete Primordiales o Vigilantes son las Siete Jerarquías de Seres Espirituales, constituyendo los mas elevados seres en la Escala de la Existencia, al menos en nuestro Sistema Solar.
Surgiendo dentro de Mahat están las siete huestes de inteligencias celestiales (Ah-Hi) que se dice que “contienen” y le proporcionan su vehículo de manifestación. Las huestes de Mahat son los destellos, las Chispas de la Llama Divina que han sido previamente descritas como el “Ejercito de la Voz”, las “Fuerzas Inteligentes para dar y para establecer en la Naturaleza sus leyes.”
Las Siete Huestes son denominadas a veces los Siete Rayos que emanan del Sol Central Espiritual. Junto con el Logos en su triple hipostasis, constituyen el Sagrado Diez de la tradición pitagórica y kabalística. En la Tradición Judeo-Cristiana son los “siete espíritus ante el trono de Dios”, cada uno de los cuales están simbolizados por los Dhyani Buddhas, y cada uno de ellos es el arquetipo simbólico de un aspecto particular de la Sabiduría Divina.