La educación de los hijos en Muerte de un viajante Celinda López
Willy Loman siempre ha querido llevar a cabo el sueño americano, pero al final se ve claramente que es un fracasado. Intenta conseguir que sus hijos sean unos triunfadores ya que no soportaría que fueran unos fracasados como él. Willy intentará ser un buen padre para sus hijos y educarlos según los valores nacionales de Norteamérica.
Son chicos deportistas y guapos, líderes del equipo de fútbol. Sin embargo, esto no impide que la vida de Happy y Biff sea un fracaso como la de su progenitor. Willy da una tremenda importancia al aspecto físico de sus hijos y cree que triunfarán con eso, siendo buenos en las relaciones públicas.
Biff, se dedica a vagar durante años por el país, trabajando como jornalero y ocupado en otros empleos de poca importancia, e incluso ha pasado un par de años en la cárcel, puesto que ha desarrollado una incontrolable manía cleptómana que ya había manifestado de niño sin que su padre lo corrigiera.
Happy trabaja como dependiente en una ferretería y sus únicas esperanzas de ascenso residen en que "se muera el jefe de sección". Su madre lo define como "un golfo mujeriego“, aunque tiene alquilado su propio apartamento siempre ronda por la casa para comer gratis, dormitar y sacar dinero a sus padres.
Happy, solo aspira a seguir igual, feliz y cómodo. Adoptará como suyo el modelo de su padre, basado en el aparentar. Biff se rebela contra la educación recibida y en la escena final del cementerio deja entrever que va a seguir un camino nuevo, más vinculado a la vida al aire libre, el trabajo en el campo, la ecología y el disfrute de la naturaleza.
En el lado contrario al de Willy, está Bernard, el hijo del vecino de los Loman; un muchacho que no tiene un físico atlético, pues es delgado, enclenque y con gafas de empollón, pero que sin embargo le da mucha importancia a los estudios y es el que finalmente terminará triunfando en la vida llegando incluso a trabajar en el Tribunal Supremo americano como abogado.
Los dos hermanos Loman, Happy y Biff, recibieron una educación basada en que lo importante era la apariencia y con ella se podían alcanzar grandes metas; sin embargo, a lo largo de la obra teatral se demuestra que este modelo de educación no es del todo correcto, pues sus hijos no llegan a triunfar en la vida. En cambio, su vecino Charley, que educa a su hijo Bernard en un modelo educativo más basado en lo intelectual y en lo esencial, es decir, en los estudios y en el esfuerzo, sí que triunfa en la vida.