“La cerca” Miguel-A. 168 seg. (El payo Juan Manuel)
Una pareja de ancianos con motivo de la celebración de su 50 aniversario de boda decidió volver al pequeño pueblo donde se habían conocido por primera vez. Sentado junto a ellos en el café de las afueras de la población estaba el policía local, que les sonreía mientras ellos conversaban.
- Cariño, ¿recuerdas cuando te declaré mi amor? -preguntó el anciano a su esposa-. Fue en aquel prado que está al otro lado de la carretera. Te ofrecí un ramo de flores silvestres, y me besaste. ¿Recuerdas que a continuación hicimos el amor junto a la valla? ¡Éramos casi unos niños! ¿Por qué no lo repetimos otra vez allí en recuerdo de los viejos tiempos?.
Los ancianos salieron del café, cruzaron la carretera, y entraron en el prado. El policía se sonrió, pensando lo romántico que sería, y decidió que lo mejor era salir a la puerta del café y echar un vistazo. Cuando ya estaban desnudos, el anciano tomó a su mujer, y la apoyo contra la cerca.
El policía, que seguía mirando desde la distancia, no podía creer lo que veía: Con la vitalidad de una jovencita, la mujer se movía violentamente de arriba abajo, mientras el marido se convulsionaba como un salvaje. Siguieron con ese ritmo durante un buen rato, hasta que ambos cayeron al suelo, exhaustos.
Cuando se sobrepusieron, se vistieron, y regresaron al café. Allí, el policía se acercó y les dijo: - Ha sido la forma de hacer el amor más hermosa que he visto en mi vida. Ustedes debieron ser una pareja muy fogosa cuando fueron jóvenes.
- Bueno, no es eso exactamente -respondió el anciano-. Lo que ha pasado es que cuando nosotros éramos jóvenes, y estuvimos allí por primera vez, esa cerca no era eléctrica.