JUAN PABLO CALERO BETANCOURT SMITH ESCANDÓN BARRERO PEDAGOGÍA DEL CUERPO- FREDY OSWALDO GONZÁLEZ UNIVERSIDAD JAVERIANA- ABRIL 2012
La guerra y su dolor es una constante en Colombia, en torno a lo cual se da un naturalismo criollo que percibe el fenómeno bélico como algo común a todos los días, siendo algo digerible y tolerable mientras no nos toque. De ese modo, las noticias de costumbre están ancladas a temas relacionados con los grupos al margen de la ley donde se ven involucrados los paramilitares y guerrilleros, por los corredores de movilidad de la droga y en medios el reclutamiento de civiles inocentes, procesos que no tienen nada que ver con la filosofía revolucionaria con que se formaron las guerrillas del siglo pasado en Colombia y en Latinoamérica. Los principales hechos alrededor de esta problemática suceden en cualquier pueblo alejado de nuestra geográfica nacional, poblada por campesinos humildes, por niños que juegan muchas veces alegremente al juego de la guerra con soldados de plástico, sin saber que un buen día puede ser él, el soldado niño, de carne y hueso que será obligado a jugar el juego de la guerra que el antes realzaba con esos seres inertes. Esta recreación fotográfica, simboliza el juego de la guerra que se convirtió en el juego del desmembramiento corporal a través de la tecnología de las minas quiebrapatas, que si no te mata en el instante lo puede hacer por infección producida por materias fecales en descomposición o por avenamiento con cianuro. Sergio y Alison, los niños modelos de estas escenas, no entendían la crueldad de las escenas, aunque se le explicó la lógica desde la cual se planteaba el trabajo fotográfico, para ellos se convirtió en un juego de roles donde se divirtieron ayudándonos en el proyecto y posibilitando la reflexión en torno a un tema que no los ha afectando en la constitución de niños alejados del contexto bélico. ES NECESARIO GENERAR ESPACIOS DE REFLEXIÓN, DE CHOQUE, DE ASUMIR SITUACIONES PROBLEMATICAS QUE AFECTAN NUESTRAS VIDAS Y EN LAS QUE LOS NIÑOS Y NIÑAS NO PERMANECEN AL MARGEN, POR EL CONTRARIO SON VICTIMAS Y PROTAGONISTAS DEL CAMBIO.