¡ten fe en los ideales!

1. OBJETIVOS Reflexionar sobre la necesidad e importancia de los ideales en la vida de los jóvenes.  Motivar a los jóvenes a que aspiren a metas grandes que orienten sus vidas.

LA FUERZA DEL IDEAL La persona madura es aquella que tiene ideales altos y se juega la vida por ellos.

A. Necesidad del ideal Sin ideales no se puede vivir. Nos perdemos. No sabemos dónde estamos ni a dónde vamos. Sin ideales estamos condenados a vivir a la deriva, sin rumbo y sin destino. ¿Y qué es un ideal? Es una idea noble y generosa que se quiere realizar con entusiasmo. El ideal es lo que da sentido a nuestra existencia. Es lo que nos sostiene en la vida.

El ideal, para que sea tal, ha de tener por lo menos tres características: Alcanzable: Que esté al alcance de nuestras posibilidades. Sublime: Que sea alto, grande, y que exija esfuerzo. Pleno: Que llene la vida entera de las personas.

B. Clases de ideales Ideales bajos: Los que ofrecen goces momentáneos (el alcohol, la diversión, el sexo, el placer, etc.). Ideales limitados: Los que ofrecen una felicidad efímera y fugaz (dinero, fama, poder, prestigio, etc.). Ideales nobles: Los que ofrecen una felicidad más duradera (estudio, profesión, trabajo, arte, ciencia, etc.). Ideales sublimes: Los que trascienden los valores ordinarios de las personas y ofrecen una felicidad plena (justicia, paz, entrega a los demás, apostolado, etc.).

C . ¿Tener ideales? ¿para qué? Tener ideales grandes es decisivo en la vida de las personas ¿Por qué? -Porque el ideal nos hace proactivos con nuestra propia vida. Porque el ideal orienta nuestra vida. Porque el ideal unifica y motiva nuestra vida.

D. De los ideales a las metas Para que los ideales no se queden en meras "ideas", es necesario que se concreticen en metas que se puedan realizar a corto, mediano y largo plazo. ¿Cómo elaborar las metas? He aquí unas sugerencias sencillas y prácticas.

1. Aspira a metas grandes que exijan tus mejores esfuerzos 1. Aspira a metas grandes que exijan tus mejores esfuerzos. Las metas pequeñas y mediocres no esti­mulan ni motivan a la superación personal. Que tus metas sean altas, pero alcanzables, realistas, posibles. Cuando las metas son demasiado grandes o irreales, de ordinario provocan frustración y desánimo.

2o. Dales un fundamento personal 2o. Dales un fundamento personal. Para que las metas sean alentadoras deben ser "tuyas" y te tienen que interesar y motivar. De esta manera estarás conven­cido de que son buenas para ti, les dedicarás tu tiempo y energías y harás todo lo posible por conseguirlas.

3o. Clasifica tus metas. Determina con claridad y precisión lo que quieres conseguir. Que tus metas sean concretas y que estén bien definidas. 4o. Jerarquiza tus metas. Decide cuáles metas son muy importantes y cuáles son menos importantes. Realiza primero la que es más importante o urgente.

5o. Prevee el tiempo adecuado 5o. Prevee el tiempo adecuado. Toda meta debe realizarse en un tiempo determinado. Por eso, pregúntate en cuánto tiempo vas a lograr tus metas. El plazo que fijes ha de ser realista y adecuado. Ten presente que hay metas a corto, mediano y largo plazo.

6o. Considera los recursos necesarios 6o. Considera los recursos necesarios. Para alcanzar tus metas haz un inventario de tus recursos internos (habilidades personales, actitudes y estados menta­les, salud, etc.) y externos (dinero, objetos, lugares, técnicas, etc.).

7o. Evalúa tus metas. Revisa periódicamente el logro de tus metas 7o. Evalúa tus metas. Revisa periódicamente el logro de tus metas. Revisa si ha faltado entusiasmo, esfuerzos o recursos. Reconoce y celebra tus logros parciales y que la evaluación te motive a seguir adelante.

COMPROMISOS A qué nos compromete el tema que hemos refleXIO­nado hoy? Qué clase de ideales tenemos? ¿Qué metas estamos siguiendo? ¿Qué hacer para vivir de ideales nobles y para tener metas motivadoras?