En nuestro Aniversario Merari y Daniel Martínez Septiembre 9, 1973 Autora, Merari Martínez
Recuerdo aquellos días, cuando... Estando contigo las horas corrían veloces... ¡Cómo hubiera querido ver detenida la máquina del tiempo!
Las despedidas no eran bien acogidas Cuántos suspiros, desvelos... y la mente dormida en el arrullo del amor... Mi amor como un volcán de pasiones era entonces. Quería perderme en tu mirada y aparecer en el centro de tu corazón donde yo fuera tu soñar, tu ideal, tu encanto, tu despertar, tus risas y tus canciones.
Quería llenar tu mente de ilusiones ¡Oh ilusa de mí! Llena de candor Si hasta la flor más bella se deshoja con el tiempo Con cuánta pureza te amé y te entregué mi corazón esperando sellarlo un día para siempre. Que fuera tal nuestra unión que se oyera un solo latir de corazones. Y que hubiera una sola forma de pensar, un solo momento de alegría o de dolor...
Que al caminar lo hiciéramos en un solo compás. Que nada fuera más fuerte. Ni la flecha más dura tirada por el mejor arquero pudiera romper o separar lo que el Señor había fundido entre tú y yo. Expuesta al sereno, al sol, a la cabaña, si me lo pedías Pero que no me faltaras tú, a quien el cielo te había enviado como mi regalo especial de compañía para formar un hogar.
! Oh qué maravilla! Donde hubiera siempre calor, protección, cuidados, comprensión, mimos, retozo, alegría, seducción... Donde no faltara el cariño, el respeto y la admiración Donde nacieran los vástagos, donde la cuna se mecería con los frutos del amor, de ese amor verdadero que viene de Dios.
Que el pan no le faltara, ni besos, ni cosquillas, porque el gobernante sería siempre el amor, ese amor aprobado por Dios, del cual Él manda que sea “hasta que la muerte nos separe” Así abracé yo siempre nuestro amor hasta envejecer. Mirando por el mismo lugar, hacia la misma dirección. Escalando el eslabón de la gracia y el perdón...
Provocándonos al amor, al mismo amor del principio y que he guardado con celo, para que perdurara hasta el día de hoy Hoy cumplimos treinta siete años desde aquel día en que prometimos ofrendarnos y al unísono dijimos un “¡acepto!” Merari Martinez