Bendícenos Madre
Puedo grabar en un árbol cualquier nombre bello que tenga aroma de Mujer,
pero hay uno que guardo para esculpirlo solo muy dentro de mi fe.
Tiene el ritmo de la música -do re mi fa sol- y la seda inconsútil de la luz,
tiene el aroma virgen de la flor y el cristal del cielo más azul.
Tiene las cinco letras de María, que sus hijos pronunciamos “Madre”,
la misma a quien dijo el ángel que estaba llena de Gracia y era de Dios amada.
Por eso al mirar su imagen sentimos tanto cariño, y con amor le decimos: ¡Bendícenos, Madre!
Puedo grabar en un árbol cualquier nombre bello que tenga aroma de Mujer, pero hay uno que guardo para esculpirlo solo muy dentro de mi fe. Tiene el ritmo de la música -do re mi fa sol- y la seda inconsútil de la luz, tiene el aroma virgen de la flor y el cristal del cielo más azul. Tiene las cinco letras de María, que sus hijos pronunciamos “Madre”, la misma a quien dijo el ángel que estaba llena de Gracia y era de Dios amada. Por eso al mirar su imagen sentimos tanto cariño, y con amor le decimos: ¡Bendícenos, Madre! Juan Manuel del Río