Luxy y la cueva de los pétalos de oro De Natalia Fernández Y Sara Salguero
Érase una vez … un día de verano en el que Luxy y su amiga Amalia salieron por el bosque a jugar. Luxy se resbaló y se cayó rodando por la montaña hasta llegar a una explanada. Cuando Luxy abrió los ojos vio una gran cueva a la que entró.
Allí la niña vio montones y montones de pétalos de oro, en cada pétalo había unas rayas. Luxy tocando los pétalos descubrió que cada raya de cada pétalo te cumplía un deseo. Antes de volver a casa Luxy tapó la entrada de la cueva con ramas. Al día siguiente por la tarde Luxy fue a la cueva seguida Amalia.
Alí dentro Amalia tosió y Luxy se dio la vuelta sorprendida y le preguntó a su amiga como había llegado hasta allí. Amalia le respondió que siguiéndola, aunque Luxy
le dijo que eso estaba mal, decidió contarle que los pétalos de oro hacían realidad sueños y deseos. Amalia era una niña retorcida y cotilla.
Al día siguiente, cuando Luxy estaba en la cueva cogiendo pétalos, apareció Amalia diciéndole que iba a robar todos los pétalos, Luxy intentó hablar con ella, quedaron en que serian los pétalos de las dos y no se lo dirían a nadie, haciendo realidad sus sueños para siempre.