Los rayos del sol anuncian el despertar de un día más.
¿Qué es lo que te impulsa a levantarte de la cama y a enfrentar un día más de batallas?
De batalla en batalla, vamos llevando la vida que vivimos.
Batallas emocionales, financieras, profesionales, afectivas, familiares, intelectuales...
Todos los sueños que tenemos, aún despiertos.
El pasar del agua que hace el río.
Y en el suceder de los días, nuestra historia escribimos...
Las olas del mar continuamente se rompen en las arenas de la playa.
Tener ojos para la inmensidad del mar, tener oídos para las melodías de la Eternidad.
Cada elemento visible es un símbolo de lo Invisible.
Cada partícula perecedera, una parábola de lo Imperecedero.
Batalhas emocionais, financeiras, profissionais, afetivas, familiares, intelectuais... Cada segundo de tiempo, un anuncio de la Eternidad.
Batalhas emocionais, financeiras, profissionais, afetivas, familiares, intelectuais... Y de la Eternidad, ¿qué sabemos?...
Esta existencia terrena es la infancia de la Eternidad.
Del niño que un día fuimos ¿qué permanece en el adulto en que nos volvemos?
Breve es la vida. Hay aún quien dice que ella no pasa de un soplo...
Un soplo lleno de belleza e encanto.
El soplo de los vientos, el canto de los pájaros, el susurrar de las hojas en los árboles, el murmurar del arroyuelo.
Los recuerdos de la infancia que en nuestra alma guardamos.
Decimos padres, decimos hermanos, decimos hijos... Relaciones familiares, vínculos que moldean sentimientos profundos.
Decimos padres, decimos hermanos, decimos hijos... Cuán raramente paramos para reflexionar sobre el profundo significado que tales términos encierran.
Decimos padres, decimos hermanos, decimos hijos... Padres, hermanos, hijos...
En verdad, hay horas felices.
Pequeños pies y pequeños corazones, que inician su jornada por el mundo.
¿Qué caminos surcarán? ¿Qué sueños tendrán?
Infinitos son los caminos que pueden ser recorridos. Pero el mar es uno solo.
¿Y qué significa participar de la Vida, – estar en el mundo?...
¿A cada nueva mañana, para qué aún nos despertamos? ¿En búsqueda de qué nos movemos?
Las nubes y los hombres, que pasan ligeros. El cielo y el mar, que permanecen serenos.
De los misterios del Amor, casi todo ignoramos; sin embargo, aún así amamos.
El batir de las olas en los peñascos. El silencio y el amor – nadie debería morir antes de conocerlos.
Y en medio de la tumultuosa rutina de la vida moderna, reservar un tiempo para dialogar con el corazón, y estar abierto para aquello que él exige de nosotros:...
C OMPASIÓN
Buscar la espiritualidad pura y primordial que se oculta bajo la esencia de la realidad.
Sembrar la bondad por los caminos por donde pasamos.
Habituar nuestros ojos y oídos a las bellezas y melodías de las dimensiones espirituales y eternas de la existencia.
Ver, ver, ver... Oír, oír, oír...
Sondear el corazón, en busca de las fuentes de donde brotan las aguas que explotan en trascendencia y comunión.
“¡Oh amigo!, el corazón es la morada de misterios eternos, no la conviertas en hogar de caprichos pasajeros…”
“Ni derroches el tesoro de tu preciada vida ocupándolo en este mundo fugaz.”
“Provienes del mundo de la santidad – no ates tu corazón a la tierra…”
“Eres morador de la corte de la cercanía – no elijas la patria del polvo.” (del libro ‘Los Siete Valles’)
Tema musical: “Roxane’s Veil”, Vangelis Formateo: Traducción al español: Tere