Dedicado a María P. (de Huesca). Miguel-A. La píldora “Viagra”
Una joven fue a visitar a su abuelo al hospital, donde estaba ingresado a causa de una enfermedad en un estado terminal. Y, entre otras cosas, le preguntó: - Abuelo, ¿cómo estás?. - ¡Bien! Yo siempre estoy bien. - ¿Te tratan bien aquí?. - ¡Sí, claro! Son todos muy amables.
- ¿Y duermes bien? -le preguntó la joven. - ¡Estupendamente! -respondió el abuelo-. A las 10 de la noche viene la enfermera, me trae un tazón de chocolate caliente, me da una pastilla de viagra para dormir, y me paso toda la noche durmiendo de un tirón.
- ¡Viagra. -exclamó extrañada la nieta- - ¡Viagra! -exclamó extrañada la nieta-. Pero abuelo, ¡cómo le van a dar viagra a un anciano de 85 años!. ¡Si viagra es un medicamento indicado para la ausencia de erección sexual!. - Sí, viagra, viagra -afirma el abuelo-. Sé muy bien lo que me digo. Además de haberlo leído en el envase, en la pastilla, de color azul, lo pone muy claro... con todas las letras... con letras en relive: vi-a-gra.
La nieta se cree que el abuelo chochea con sus palabras La nieta se cree que el abuelo chochea con sus palabras. Pero, por no molestar, da el tema por zanjado... pasando a otra clase de conversación.
Terminada la visita, cuando la nieta sale de la habitación del abuelo, se encuentra en el pasillo del hospital con la enfermera, y en plan de cachondeo le cuenta: - Dice mi abuelo que por la noche le lleváis un taza de chocolate caliente y le dais una pastilla de viagra para dormir. ¡Ya le he respondido que cómo van a dar viagra a un anciano de 85 años!.
- Sí -responde la enfermera-, le damos viagra, pero no es exactamente como dice él. Lo que es para dormir es el tazón de chocolate caliente, y la píldora viagra se la damos a todos los ancianos masculinos: Es para que sus efectos hagan de freno, y les impidan rodarse de la cama durante la noche.