Venta “la Abuela” Miguel-A. Dedicado a Darío P., (de Valencia). 152 seg. (Desmadre 75)

Presentación del tema: "Venta “la Abuela” Miguel-A. Dedicado a Darío P., (de Valencia). 152 seg. (Desmadre 75)"— Transcripción de la presentación:

1

2 Venta “la Abuela” Miguel-A. Dedicado a Darío P., (de Valencia). 152 seg. (Desmadre 75)

3 Esta historieta, verídica (no lo dudo), me la ha contado un amigo: Darío. ¿Pero quién es Darío, o quién soy yo? ¡Y eso qué importa! Como canta Julio Iglesias: “las obras quedan las gentes se van... y otros que vienen las continuarán... ¡La vida sigue igual”. Narro con sus propias palabras: En 1973, y viajando en una Vespa, una amiga mía, y yo, queríamos hacer el viaje Denia-Madrid de una sola tirada... entre otras cosas, porque íbamos caninos (sin guita). A mitad de camino se nos echó la noche encima... y hacía un frío que pelaba. Esto hizo que cuando vimos junto a la carretera "Venta la Abuela" no dudáramos un solo instante en quedarnos.

4 Pregunté al dueño, que hacía de recepcionista, el precio por dormir una noche. Nos convino el importe... y nos fuimos a dormir a un cuarto, bien aseado, con dos camitas y un lavabo.

5 A la mañana siguiente, desayunamos (el desayuno estaba incluido en el precio pactado la noche anterior). Y, finalmente, pedimos la cuenta. No recuerdo la cantidad que nos pidió, pero no cuadraba con lo acordado la noche anterior. Pregunté por la razón de tal diferencia. Y me dijo que era por la ducha de agua caliente. - ¿Qué ducha? ¡En el cuarto no hay ducha... ni de agua caliente, ni de fría! -le dije. - La ducha está aparte, al final del pasillo -me respondió.

6 Le dije que no habíamos utilizado tal ducha. A lo que contestó que allí estaba. Me acordé de un chiste (muy viejo "el joío") y le pedí una cantidad por haberse acostado con mi amiga. Sus ojos se abrieron como platos. En esos momentos, todas las orejas del bar estaban pendientes de la discusión que a la sazón discurría casi a gritos (he dicho que íbamos caninos). - Oiga, oiga, ¿qué dice? ¡Si yo no he tocado a su amiga!. El final es de imaginar: Le dije que también estaba allí... pagamos lo estipulado... montamos en la Vespa... y nos fuimos, mientras gritaba: - ¡¡¡Pues si no se tiene dinero "p’a" salir de vacaciones, se queda uno en casa!!!.