LAS PARÁBOLAS DE LA MISERICORDIA 10 Catequesis Mons. Esteban Escudero Obispo de Palencia
TEMAS PARA HOY Dios es Amor El trato de Jesús con los pecadores Las comidas de Jesús con los humildes. La parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-31). La parábola del fariseo y del publicano (Lc 18, 9-14). La parábola de los jornaleros de la viña (Mt 20, 1-5).
El apóstol San Juan afirma: “Dios es amor”. El anuncio por parte de Jesús del reino de Dios es ante todo la manifestación de quién es Dios y de su amor por los hombres, que él ha creado. El apóstol San Juan afirma: “Dios es amor”. La frase Dios es amor representa la cumbre de la revelación bíblica y significa Que Dios es todo amor y solo amor Que se ha manifestado en el envío de su Hijo al mundo y en el don del Espíritu Santo (1 Jn 4, 8-10).
El trato de Jesús con los pecadores Lo que revela de modo más elocuente el amor de Jesús para con los hombres es su trato con los pecadores públicos y las personas moralmente fracasadas. Zaqueo, el publicano de Jericó, era una persona que cobraba impuestos abusivos a sus conciudadanos, quedándose con una buena parte de ellos. Pero Jesús se hospedó en su casa. (Lc 19, 5).
PERDONAR LOS PECADOS En el convite que un notable fariseo da a Jesús en su casa, se presenta de pronto una mujer pecadora, una prostituta del lugar. Jesús la defiende diciendo: “sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho” (Lc 7, 47.50). Con todo ello, Jesús muestra la misericordia del Padre y el poder que el Señor tiene, como enviado de Dios, de perdonar los pecados, punto culminante de su obra salvadora de la humanidad.
Las comidas de Jesús con los humildes. Sentándose a comer con publicanos y pecadores (Mc 2,15-17), Jesús da una idea de lo que significa el reino de Dios: La comunión de Dios con la humanidad pecadora. Además, las acciones de Jesús de sentarse a la mesa con los marginados (Mc 2,15-17), de acoger a mujeres entre sus discípulos (Lc 8,1-3) y mostrarse afectuoso en público con los niños (Mc 9,36-37), Manifiestan que para Dios no hay desigualdad entre las personas.
La parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-31). Las parábolas de la misericordia no las dirigió Jesús principalmente a los pecadores, Sino a los justos A los hombres que le rechazaban porque él llamaba a los despreciados y los invitaba a su seguimiento. En la primera parte de la parábola del hijo pródigo, se muestra con toda intensidad el amor del padre por su hijo arrepentido. Sale corriendo a buscarlo. No le deja terminar su confesión del pecado (Lc 15,11-24).
La parábola del fariseo y del publicano (Lc 18, 9-14). No puede restituir lo robado ni abandonar su profesión inmoral. Jesús concluye la parábola diciendo: "Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no" (Lc 18,14). La situación del publicano ante Dios es desesperada.
LA ORACIÓN DEL PUBLICANO Indirectamente podemos encontrar la razón de esta conclusión sorprendente, ya que la oración del publicano es una cita del Salmo 50: "un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias".
La parábola de los jornaleros de la viña (Mt 20, 1-5). El patrón, pagando el jornal entero a todos sin excepción, provoca la indignación de los que han trabajado más horas y en condiciones más penosas.
ASÍ ES DIOS Da su salvación también a los Para Jesús, sin embargo, Dios obra como aquel amo, que tuvo compasión de los obreros en paro y de sus familias. Da su salvación también a los "de la última hora", es decir, a los pecadores, sin merecerlo. Así es Dios; por éso, él, Jesús, obra de la misma manera.
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