Varones con Ministerio Junio 19, 2010 – Atlehuaya, Ver.

EL MENSAJE DE DIOS PARA MÍ Meditaciones en La Profecía de Habacuc Introducción Meditaciones en La Profecía de Habacuc Introducción

La época de Habacuc Probablemente vivió en los días del rey Manasés y de Amón su hijo (2 Crónicas 33:1,2 y 21,22). Antes de las reformas del rey Josías (2 Crónicas 34:1,2). Época de extrema idolatría y violencia (Habacuc 1:3). Cuando: “La ley es debilitada, y… el impío asedia al justo” (Habacuc 1:4).

Las dudas de Habacuc ¿Por qué el silencio de Dios (1:2)? ¿Por qué no viene a salvar (1:2)? ¿Por qué usa a los caldeos, una nación impía, para castigar a su pueblo Israel (1:13)? ¿Por qué deja que en su pueblo reine la anarquía (1:14)? ¿Por qué permitirá que el caldeo se gloríe en sus fuerzas (1:15,16)?

El conocimiento de Habacuc Su Dios, es desde el principio (1:12). Dios es su Roca, por esto, aunque sea castigado, no morirá (1:12). Jehová está en su santo templo, por eso, ha de callar delante de él toda la tierra (2:20). Aquel cuya alma no es recta, se enorgullece de sus obras (2:4). Mas el justo por su fe vivirá (2:4).

La oración de Habacuc (3:2) “Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos”. Reconocía que habían caído muy bajo, pero que vendría un mejor mañana. “En medio de los tiempos hazla conocer”. Sabía que era Dios quien debería actuar, no él. “En la ira acuérdate de la misericor- dia”. La única base para pedir que Dios actuara en estas circunstancias.

La convicción de Habacuc En la mayor de las crisis decía (3:17): “Aunque la higuera no florezca” Enfermedad “Ni en las vides haya frutos” Luto “Aunque falte el producto del olivo” Dolor “Y los labrados no den mantenimiento” Hambre “Y las ovejas sean quitadas de la majada” Frío “Y no haya vacas en los corrales” Debilidad

La convicción de Habacuc Esta sería su conducta (3:18): “Con todo” Aunque la crisis fuera extrema. “Yo me alegraré en Jehová” Porque todo lo permite Dios con un propósito. “Y me gozaré en el Dios de mi salvación.” Porque Dios no lo abandonaría en medio de la crisis.

La convicción de Habacuc Ésta fue su declaración (3:19): “Jehová el Señor es mi fortaleza” Es la fuente de los recursos que lo haría salir de la crisis. “El cual hace mis pies como de ciervas” No sería presa del enemigo. “Y en mis alturas me hace andar.” No permitiría que cayera en la barranca de las dudas.

¿En qué somos diferentes a Habacuc? ¿Es nuestra época diferente a la de él? ¡NO! Hay condiciones idénticas. Hay idolatría, violencia e injusticia. La fe en la Palabra se ha debilitado, y por tanto la obediencia a Dios. En la toma de decisiones no se busca siempre la dirección de Dios y por esto el juicio no sale según verdad.

¿En qué somos diferentes a Habacuc? ¿Tenemos las dudas que él tuvo? ¿SÍ? Pensemos en estos puntos: Oramos, pero la violencia sigue. Rogamos, pero el pecado aumenta. Suplicamos, pero hay más incredulidad. Dios usará al Anticristo para castigar a los que dudaron en cuanto a su decisión por Cristo.

¿En qué somos diferentes a Habacuc? ¿Cómo conocemos a nuestro Dios? Analicemos nuestro corazón. Es Creador y Soberano, entonces, ¿callo ante él y acato su voluntad? Es Santo, por esto, ¿he renunciado a la impiedad y a los deseos mundanos? Es mi Roca, por lo tanto, ¿creo que me guardará sin caída?

¿En qué somos diferentes a Habacuc? ¿Qué temas están en nuestra oración? Este es otro punto de análisis. ¿Reconocemos que hemos caído en un bache? Ante la falta de fe y de amor, ¿pedimos que Dios actúe o queremos actuar nosotros? Ante tanto pecado, ¿nos apoyamos en su misericordia y en su gracia?

¿En qué somos diferentes a Habacuc? ¿Podemos decir como el apóstol Pablo: “He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:11-13)?

Entonces podemos: Identificarnos con Habacuc (1:3). Estamos en “tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1-5) Comprometernos como Habacuc (2:1). Hemos de velar y estar firmes (1 Corintios 16:13). Recibir la misma instrucción que recibió Habacuc de Dios (2:2,3). … ¡Y OBEDECERLA!

Este es el mensaje de Dios para mí: “Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.” “Aunque la visión tardará aún por un tiempo … espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.”