El poder de la debilidad. La oración de una madre piadosa.

Presentación del tema: "El poder de la debilidad. La oración de una madre piadosa."— Transcripción de la presentación:

1 El poder de la debilidad. La oración de una madre piadosa.
1 Sam. 2:1-10

2 Objetivo Observar en la oración de adoración de Ana la correcta perspectiva para recibir el plan perfecto de Dios para nuestras vidas, alineando las peticiones de nuestro corazón al gozo de Su salvación. Sal. 37:3-5. Sal 37:3-5 3 Confía en Jehová, y haz el bien;Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. 4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón 5 Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.

3 Introducción Ana la madre de Samuel (juez y profeta de Dios), comprendió por medio de la aflicción, el verdadero sentido de la maternidad. Ella anhelaba un hijo que Dios no le había concedido, y fue solo hasta que hizo el voto de dedicar su hijo al Señor, derramando su alma delante de Él, que Dios se acordó de ella y le concedió la petición de su corazón.

4 V.1 1 Samuel 2:1 Y Ana oró y dijo:     Mi corazón se regocija en Jehová,     Mi poder se exalta en Jehová;     Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos,     Por cuanto me alegré en tu salvación. Dónde se encontraba el gozo del corazón de Ana?

5 V.2 1 Samuel 2:2 No hay santo como Jehová;
Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro. Qué características de Dios se menciona en este versículo?

6 V.3 1 Samuel 2:3 No multipliquéis palabras de grandeza y altanería, Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y a él toca el pesar las acciones. En Su omnisciencia, qué es lo que pesa Dios?

7 V.4 1 Samuel 2:4 Los arcos de los fuertes fueron quebrados, Y los débiles se ciñeron de poder. Quiénes son los que se ciñen de poder? 2 Cor. 12:7-10.

8 2 Corintios 12:7-10 7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

9 V.5 1 Samuel 2:5 Los saciados se alquilaron por pan, Y los hambrientos dejaron de tener hambre; Hasta la estéril ha dado a luz siete, Y la que tenía muchos hijos languidece. Quiénes encuentran la perfecta satisfacción en este versículo?

10 V.6-7 1 Samuel 2:6-7 6 Jehová mata, y él da vida; El hace descender al Seol, y hace subir. 7 Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece. Qué necesitamos primero antes de recibir la vida, las riquezas y la exaltación eternas?

11 V.8 1 Samuel 2:8 El levanta del polvo al pobre, Y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, Y él afirmó sobre ellas el mundo. Qué hace Dios con el pobre y el menesteroso?

12 V.9 1 Samuel 2:9 El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su propia fuerza. El camino de quiénes será protegido por Dios?

13 V.10 1 Samuel 2:10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, Y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, Dará poder a su Rey, Y exaltará el poderío de su Ungido. En quién radica el poder para impartir justicia?

14 María, la madre de Jesús, entendió perfectamente al igual que Ana que su gozo y bienaventuranza estaba en haber creído en la salvación por medio de Jesucristo, porque había descubierto su bajeza, y que el poder, la santidad y la misericordia están en Dios, y solo los que le temen y reconocen humildemente su debilidad, hambre y pobreza serán exaltados y saciados. Lc. 1:45-55.