La ley de emergencia económica en Argentina, aprobada tras la crisis económica y la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, facultó al nuevo Poder Ejecutivo Nacional, entre otras cosas, a fijar tarifas, renegociar contratos de servicios públicos, regular precios y reordenar el sistema financiero. Debido al desempleo y la situación económica, luego de la devaluación y que un peso ya no valía un dólar, el Estado Nacional procuró mantener las tarifas en los transportes, del área metropolitana de Buenos Aires, a su cargo, para que no aumentaran de manera excesiva, y para ello dio subsidios a las empresas de transportes públicos de pasajeros, con lo cual el boleto mantuvo al mismo precio durante años. Tarjeta SUBE. ¿Ya tenés la tuya?

Y si no hubieran existido estos subsidios, el pasaje costaría más caro de lo que vale. Es decir que el dinero que se paga actualmente por el boleto es una parte de lo que realmente cuesta y la otra parte la pone el Estado, a veces se confunde al Estado con el Gobierno de turno, pero el Estado no es el Gobierno, sino todos nosotros los contribuyentes, viajemos o no en transportes públicos de pasajeros. Ya con una economía en pleno crecimiento, hace poco tiempo se anunció desde el Gobierno, una especie de sintonía fina, que incluye el comienzo de la quita de subsidios a aquellos que consideren que no lo necesitan, por ejemplo en agua, gas y luz, y continúa con el de transporte de pasajeros. Actualmente ya está en funcionamiento la tarjeta SUBE para poder viajar, que no tiene ningún costo, para obtenerla, o sea que aquel que quiera poseerla, haciendo el trámite, la recibe gratis. SUBE significa Sistema Único de Boleto Electrónico. El Gobierno Nacional a través de un anuncio publicitario, comenzó a informar que a partir del 10 de febrero, (de 2012) quienes no paguen el pasaje con la tarjeta SUBE, deberán pagar la tarifa plena. Es decir que aquellos que abonen con monedas en los colectivos o con billetes en Trenes del área Metropolitana, pagarán más caros sus boletos para viajar.

Hay mucha gente que acepta y recibe gratuitamente la tarjeta SUBE, y obtienen de este modo los beneficios de ser subsidiados, en cambio otros la rechazan, consideran que no la necesitan, y dicen por ejemplo, que no van a obtenerla, no les interesa, viajan en vehículos propios, taxis o remises, y otros tal vez ocupados y preocupados en y por sus quehaceres, actividades o trabajos, etc. dejarán pasar el tiempo y cuando llegue el 10 de febrero no habrán obtenido la tarjeta gratuitamente y como consecuencia no percibirán los beneficios. Subsidiar, es conceder subsidio o subvención a alguna persona o entidad. Subvención, es cuando se viene en auxilio de alguien o se acude a las necesidades de algo. No se puede hacer una perfecta comparación, pero haciendo un símil, con elementos semejantes y otros no tanto, hace poco más de 2000 años, alguien vino a este mundo a subsidiar o subvencionar a todos los seres humanos que vivieron, viven y vivirán aquí en la tierra. Se trata del Señor Jesucristo, Dios manifestado en carne y huesos. Dice la Biblia en el Evangelio de Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Y en la carta del apóstol Pablo a los Romanos 3:23 dice “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. El apóstol Pedro dice en Hechos 3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.”

La salvación no es por las obras, es por la gracia de Dios. Por el hecho de ser todos pecadores, más allá de que alguno sea más pecador o menos pecador o pecadora, nos lleva a la perdición eterna, es decir el infierno luego de partir de este mundo, y Dios por su Amor hacia nosotros envió a Jesucristo para que no tengamos que ir al infierno, que es en realidad lo que merecemos y allí tendríamos que pagar lo que realmente nos corresponde por nuestros pecados, sino que podamos SUBIR a su presencia para poder estar con Él para siempre. Todos estamos destituidos y no podríamos ir al cielo, pero por la muerte de Jesús en la cruz y su posterior resurrección, podemos ser justificados gratis, subsidiados, subvencionados por Dios, para que en vez de pagar lo que corresponde en el infierno, vayamos al cielo y seamos salvados eternamente. La salvación es gratis, como la tarjeta SUBE, aunque el Estado paga el costo de emisión y el subsidio para subir y permanecer en el medio de Transporte. Así También Jesucristo pagó en la cruz muriendo por nosotros, por nuestros pecados, derramando su sangre preciosa, para que mediante esta subvención, no tengas vos que pagar lo que te corresponde en el infierno, porque El Señor Jesús se hizo cargo de todo el costo. La tarjeta SUBE de la salvación es Jesucristo. Ninguno sabe cuando será su 10 de febrero y se venza el plazo, en que tenga que viajar y salir para siempre de este mundo.

¿Estás dispuesto/a a arrepentirte ante Dios de tus pecados? ¿Querés recibir a Cristo, y ser subsidiado por Dios para ir al cielo o preferís pagar lo que realmente cuesta, y pasar la eternidad en un lugar de condenación apartado de Dios para siempre?. ¿Considerás que no tenés necesidad de la subvención de Dios?. ¿La rechazás? ¿o la aceptás?. La decisión es tuya, Dios no te obliga a ir al Cielo si vos no querés. De la misma manera que nadie te obliga a sacar la tarjeta SUBE si vos no querés. SUBE el Sistema Único de Boleto a la Eternidad, Dios te lo ofrece hoy, y no tenés que pagar nada, es gratis para vos. ¿Vas a aceptar el subsidio y recibir a Cristo? ¿O vas a pagar lo que en realidad te corresponde? Si querés recibir a Cristo allí donde te encuentres hablá con Dios y decile Señor sé que soy pecador o pecadora, me arrepiento de mis pecados, Señor Jesús te recibo como mi Salvador, amén. Y si lo hacés creyéndolo sinceramente, ya tenés la tarjeta que te permitirá, un día, SUBIR a la presencia de Dios y ser salvado gratuitamente para siempre. Escrito y diseñado por Daniel Pappalardo