Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén. distante unas dos leguas de Jerusalén. Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén. distante unas dos leguas de Jerusalén. MEMORIA Y ESPERANZA
Iban comentando todo lo sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó se acercó y se puso a caminar con ellos.
« Qué conversación es esa que traéis Él les dijo: « Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino? mientras vais de camino? « Qué conversación es esa que traéis Él les dijo: « Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino? mientras vais de camino? Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Ellos se detuvieron preocupados. (Lc 24, 13-17)
La muerte de Juan Pablo II suscitó en todo el mundo innumerables muestras de afecto y admiración. Culminó una vida plena y ejemplar. Culminó una vida plena y ejemplar. Se entregó a su misión Se entregó a su misión hasta el final. hasta el final.
Al analizar la situación de la «La Iglesia en Europa», nos dijo: « Tal vez, lo más crucial, en el Este como en el Oeste, es su creciente necesidad de esperanza es su creciente necesidad de esperanza que pueda dar sentido a la vida y a la historia, y permita caminar juntos». Europa ha perdido la memoria de sus raíces cristianas. Vive en el miedo, como si estuviera huyendo de si misma.
Esa misma es la actitud de los dos discípulos de Jesús. También ellos parecen haber perdido la memoria de su la larga convivencia con el Maestro. Han olvidado su vida y su mensaje, su autoridad y sus promesas. Han perdido la esperanza de un futuro que él podía asegurarles.
Huir a Emaús es una tentación para todos los cristianos. para todos los cristianos. Nos hemos forjado un Mesías a la medida de nuestros deseos. Pero al descubrir nuestras aspiraciones insatisfechas, lo abandonamos.
Pero el Mesías no los abandona:
Jesús se identifica con el pan que sacia el hambre Se había dado en alimento. Por su entrega es reconocido como Mesías de Dios.
A sus seguidores no han de reconocernos por nuestras ceremonias, sino por la capacidad de partir y repartir el pan con los hambrientos. Reconoceremos la sinceridad de los que nos hablan del progreso y de la libertad, cuando compartan su pan y sus bienes.
Señor, quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída. Amén, Aleluya.
José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR, Salamanca 2007 Presentación: Antonia Castro Panero Música: Relajación con violines y arpa.