“Amor patrio” Miguel-A. Dedicado a Sandra, de Trujillo (Perú). (07/08/2007). 203 seg. (La Trinca)
El amor a nuestro pueblo y tierra, es una tendencia humana natural... y positiva en cuanto es básica para sentirnos a gusto en el ambiente que nos rodea y con quienes convivimos a diario. Sin embargo, creo que tan buen sentimiento se corrompe cuando se orquesta. No me agradan los nacionalismos politizados. Es positivo resaltar las diferencias entre gentes, pero la difusa frontera entre su diferencia y la superioridad es difícil de establecer. Este chiste sería insulso visto en la lejanía. Tal vez ni siquiera sepamos qué son el “pisco” y el “ceviche”. Debiéramos aplicarlo a nuestro entorno y, al menos, reírnos de nuestras propias tendencias.
En un vagón de tren, y a plena luz del día, viajaban un anciana, una hermosa y atractiva joven, un peruano, y un chileno. En el trayecto, el tren pasa por un túnel. Y “plasss”... En la oscuridad resuena un tremendo bofetón. Al final del paso por el túnel, el chileno tenía la mejilla roja e hinchada.
La anciana piensa: “Este chileno, pendejo, aprovechando la oscuridad, se ha querido pasar, y ha intentado meterle mano a la chica. Ella no se ha dejado, y le ha estampado una bofetada”.
La chica piensa: “Este chileno, creído, me ha querido meter mano mientras pasábamos por el túnel, pero, en la oscuridad se ha equivocado, y ha metido mano a la anciana. Y ésta lo ha reventado de un bofetón”.
El chileno piensa: “Este peruano, de mierda, le ha metido mano a la chica. Ella ha creído que he sido yo. Se ha sentido ofendida, y he tenido que pagar los platos que no he roto. ¡Qué cabrón de peruano!”.
El peruano piensa: “¡Carajo! ¿Cuándo va a llegar otro túnel para meterle otro cachetón a este chileno, de mierda? ¡Para que, al menos, entienda que el pisco y el ceviche son peruanos!”.