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La declaración de los derechos humanos “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”. (articulo 18 Declaración Universal de Derechos Humanos)

La declaración de los derechos humanos En los casi sesenta años que han pasado desde entonces, la Declaración Universal de Derechos Humanos se ha convertido en la piedra angular de la legislación internacional, y todos los gobiernos están ahora comprometidos a aplicar sus principios. (Paris 10 de Diciembre de 1948, a las 3:00 am.)   En la mayoría de las culturas, tradiciones y religiones, encontramos algunos de sus antecedentes, como por ejemplo:

La declaración de los derechos humanos El Código de Hammurabi, de Babilonia.   Los Diez Mandamientos. Muchos otros aspectos de la Ley de Moisés. La Carta Magna (1215). El Estatuto de Virginia para libertad religiosa (1786) La Carta de Derechos de los Estados Unidos (1788) La Declaración Francesa de los Derechos del Hombre (1789) Los escritos de Spinoza, Locke, Rousseau y otros.

Un rayo de luz en un cielo oscuro La elaboración de la Declaración Universal de Derechos Humanos representó la primera vez en la historia en que pueblos de diferentes culturas de todo el mundo trabajaron juntos para formular una visión amplia y común de los derechos humanos inalienables. En 1948 la Guerra Fría dividió al mundo en dos bloques, lo cual no facilitó la tarea a quienes estaban redactando la Declaración. Llevó casi tres años llegar a un acuerdo. La Declaración Universal de Derechos Humanos consiste en un preámbulo y treinta artículos. El articulo 18 es esencial para aquellos que creen en la libertad religiosa; el representante de Pakistán defendió este articulo por estar “completamente en concordancia con el islam”.

Convenciones de 1951 y 1953 En la terminología de la ONU una “convención” es algo importante, porque “compromete a cada estado firmemente”.

Convenciones de 1966 y 1976 La Declaración Universal fue seguida por dos pactos: El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que fueron adoptados por la Asamblea General el 16 de Diciembre de 1966. “Mi libertad termina donde comienza la de ustedes”.

La Declaración votada en 1981 En 1981, tras veinte años de estudio y consultas (resolución del 7 de diciembre de 1962), la Asamblea General de Naciones Unidas aceptó una detallada declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones. “Nadie será objeto de discriminación por motivos de religión o convicciones por parte de ninguna estado, institución, grupo de personas o particulares”.

¿Hay límites para la libertad religiosa? La libertad religiosa siempre tiene límites. Si no hubiera límites, los delitos, la opresión y la manipulación que se practican bajo una fachada religiosa, no podrían ser reprimidos.   “Una sociedad democrática”, se refiere (significa) a una sociedad que los derechos humanos y la libertad religiosa están garantizados. “El orden público”, se refiere a un conjunto de principios e instituciones que expresa los valores de cada sistema político.

¿Hay límites para la libertad religiosa? El Catecismo de la Iglesia Católica 2109, no acepta el parámetro de orden público para limitar la libertad religiosa. ¿Por qué? Porque el concepto de orden público está concebido dentro de una mentalidad naturalista o positivista. La doctrina social de la Iglesia Católica emplea la expresión “solo límites”.

¿Hay límites para la libertad religiosa? “Siempre debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la victima. Dondequiera que los hombres o las mujeres sean perseguidos debido a su raza, su religión o sus ideas políticas, ese lugar, en ese momento, llega a ser el centro del universo”. (Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz, 1986)

Tome siempre partido “Tristemente, la intolerancia y la discriminación basadas en la religión o en la creencia siguen estando presentes en el mundo”.   La libertad religiosa no es un derecho humano opcional o marginal que los gobiernos pueden decidir otorgar o no a sus ciudadanos. Los gobiernos no “dan” libertad religiosa; simplemente la reconocen y actúan legalmente en consonancia. La libertad religiosa es un derecho humano fundamental y un principio esencial para todas la democracias.