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La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Lucas 10, 2ss.

Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. Lucas 10, 2ss.

En la casa en que entréis, decid primero: «Paz a esta casa.» Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Lucas 10, 5ss.

Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. Lucas 10, 5ss.

En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros.“ Lucas 10, 9ss.

En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: "Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos» Lucas 10, 9ss.

Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca. Lucas 10, 9ss.

Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad. ¡Ay de ti, Corazin! ¡Ay de ti, Betsaida! Lucas 10, 12ss.

Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Lucas 10, 12ss.

Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Lucas 10, 12ss.

Quien a vosotros os escucha, a Mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a Mí me rechaza; y quien me rechaza a Mí, rechaza al que me ha enviado. Lucas 10, 16ss,

Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Lucas 10, 17ss.

Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño. Lucas 10, 19ss.

Pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos. Lucas 10, 19ss.

Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Lucas 10, 21ss

Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Lucas 10, 21ss

¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron. Lucas 10, 23ss.

¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees? Lucas 10, 25ss.

Bien has respondido. Haz eso y vivirás. Lucas 10, 28ss.

Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores Lucas 10, 30ss.

Que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. Lucas 10, 30ss.

Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. Lucas 10, 30ss.

Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión. Lucas 10, 33ss.

Y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino. Lucas 10, 33ss.

Y montándole sobre su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Lucas 10, 33ss.

Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: «Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva» Lucas 10, 33ss.

Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores? Vete y haz tú lo mismo. Lucas 19, 36ss.

Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada. Lucas 10, 41ss.

Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano. Lucas 11, 2ss.

Y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación. Lucas 11, 2ss.

Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: «Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle» Lucas 11, 5ss.

Y aquél, desde dentro, le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos. Lucas 11, 5ss.

Os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite. Lucas 11, 5ss.

Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Lucas 11, 9ss.

¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Lucas 11, 11ss.

Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!” Lucas 11, 11ss.

Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Lucas 11, 17ss.

Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino? porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Lucas 11, 17ss.

Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Lucas 11, 19ss.

Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso Yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Lucas 11, 19ss.

Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro. Lucas 11, 21ss.

Pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. Lucas 11, 21ss.

El que no está conmigo, está contra Mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. Lucas 11, 23ss.

Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, Lucas 11, 24ss

Dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí.“ Y al llegar la encuentra barrida y en orden. Lucas 11, 24ss

Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio. Lucas 11, 24ss

Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan. Lucas 11, 27ss.

Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Lucas 11, 29ss.

Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. Lucas 11, 29ss.

La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón Lucas 11, 31ss

Y aquí hay algo más que Salomón. Lucas 11, 31ss

Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, Lucas 11, 31ss

Y aquí hay algo más que Jonás. Lucas 11, 31ss

Nadie enciende una lámpara la pone en sitio oculto, ni bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que los que entren vean el resplandor. Lucas 11, 33ss.

La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está luminoso; pero cuando está malo, también tu cuerpo está a oscuras. Lucas 11, 33ss.

Mira, pues, que la luz que hay en ti no sea oscuridad. Si, pues, tu cuerpo está enteramente luminoso, no teniendo parte alguna oscura, estará tan enteramente luminoso, como cuando la lámpara te ilumina con su fulgor.