Daniel llegó al pueblo de Somersville con su familia. Empezó a hacer amigos y a los pocos días le contaron un rumor que a Daniel le llamó la atención.
Le dijeron que, en las montañas, había un castillo abandonado donde vivieron Aurora y su familia hace muchos años, y que murieron de forma extraña y el fantasma de Aurora se quedó en el castillo.
Un día, Daniel y sus amigos se prepararon y se fueron de excursión al castillo. Los chicos estaba emocionado, pero al llegar a la puerta, no se atrevían ni a entrar. De repente, las rejas de la entrada se abrieron solas y armándose de valor entraron al castillo.
Cuando llegaron a la puerta, miraron hacia la fachada y vieron una sombra mirándoles por la ventana.
Entonces, Daniel le dijo a sus amigos, que estaba seguro de que había alguien allí y que tenían que descubrir quién era.
Cuando estaban dentro, delante de las escaleras, oyeron unos pasos que venían de arriba y la voz de una niña que cantaba una canción de cuna.
Pensaron que se trataba de Aurora y muertos de miedo subieron arriba, y al llegar al pasillo, al final del todo, vieron a una niña con su muñeca y le preguntaron si ella era Aurora y la niña les señaló una puerta en el techo.
Los niños subieron al altillo del castillo y vieron una caja que era la tumba de Aurora y les dijo que su fantasma quería estar enterrada con sus familiares en el jardín de detrás.
Cuando la terminaron de enterrar, oyeron la voz de Aurora que les daba las gracias y su fantasma desapareció para siempre. Fin