HORA DIFÍCIL DEL PROFESOR LA AUTORIDAD LA BANCARROTA DEL INDIVIDUALISMO

la hora del educador cristiano ante la honda crisis de humanidad Existen agresiones constantes en todas las redes y en todos los niveles, contra padres y profesoresSon las viejas agresiones de los iluminismos sectarios de siempre Pero hay algo más grave. Es una crisis de honda humanidad que a gritos evidencian las aulas, los desencantos entre los profesionales, el desconcierto de normas y leyes. Creo que es imprescindible un diagnóstico lo más sereno posible como punto de partida para cualquier propuesta de acción humana y pastoral. ¿De qué serviría proponer sólo un plan curricular y apologético si los alumnos estuvieran esperando, frente a tanta catalogación burocrática, fría y aséptica lo que Benedicto XVI nos enseña una y otra vez "Al verlo con los ojos de Cristo, puedo dar al otro mucho más que cosas externas necesarias: puedo ofrecerle la mirada de amor que él necesita" («Deus caritas est», 18). Es tan honda la crisis que se equivocan los que centran su esfuerzo en el cambio de las leyes, o en la renovación de las metodologías o de los objetivos, o en la “dinamización” del aula y sus entornos o en las dotaciones de cualquier revolucionaria tecnología de última hora. No se trata de un asunto de estructuras, ni de carencias básicas, aunque ocasionalmente puedan aparecer en un lugar concreto, ni de dotaciones ni siquiera de medidas organizativas o curriculares. El problema se encuentra en el corazón de los seres humanos. La educación padece las consecuencias de una demoledora carencia de humanidad.

JAEGER en el prólogo de la Paideia nos recuerda: - “La educación participa en la vida y el crecimiento de la sociedad, así en su destino exterior como en su estructuración interna y en su desarrollo espiritual. Y puesto que el desarrollo social depende de la conciencia de los valores que rigen la vida humana, la historia de la educación se halla esencialmente condicionada por el cambio de los valores válidos para cada sociedad. A la estabilidad de las normas válidas corresponde la solidez de los fundamentos de la educación. De la disolución y la destrucción de las normas resulta la debilidad, la falta de seguridad y aun la imposibilidad absoluta de toda acción educadora. Esto ocurre cuando la tradición es violentamente destruida o sufre una íntima decadencia. Sin embargo, la estabilidad no es signo seguro de salud. Reina también en los estados de rigidez senil, en los días postreros de una cultura”.

PUNTO DE PARTIDA Autoridad y disciplina. A modo de ejemplo La autoridad, en el ámbito educativo, es una cualidad inherente al hecho de ser profesor o maestro. Su carencia sería tan inimaginable como la de pretender enseñar desnudo, o definir un saber que se desconoce. La autoridad es el fruto visible y comprobable de un profesor no necesariamente maduro, sino madurado, de un profesor en sazón.

BINOMIO “POTESTAS”, “AUTÓRITAS” En principio solemos contraponerlas: sabiduría frente a poder. Pero son dos facetas de una misma realidad. Lo expresaba muy bien el viejo dicho aplicado a una persona con autoridad “ser de ordeno y mando”. En él no se reitera la idea de mandar: mando y mando. Sino 1º el proceso que debe seguirse en todo ejercicio de autoridad. La palabra ordeno hace referencia al conocimiento previo para propiciarle el orden pertinente. Para poder, a continuación, 2º, ejercer la potestad en busca del bien debido.

AUTORIDAD Y OBEDIENCIA No es fácil ni en la educación, ni en la familia, ni en la sociedad, ni en la política mantener este exigente proceso. Es más cómodo mandar y exigir obediencia “quia nominor Leo”. Pero la autoridad sin poder convierte al profesor en “un hazmerreír”. Cernuda decía con sarcasmo “Saber sin poder es ignorancia”.

SER O NO SER La palabra “autoridad” etimológicamente proviene del verbo latino “augeo” que significa “aumentar, crecer”. De ahí proviene, en el mundo educativo, el matiz semántico positivo que relaciona la acción de hacer crecer o aumentar en el bien a alguien distinto de sí mismo. Un sabio profesor que no esté orientado hacia los demás, siempre encerrado en sí mismo, ensimismado, sería en la hipótesis un sabio sin autoridad. El bien es siempre difusivo.

VIR BONUS PERITUS DOCENDI La sazón de un profesor exige en primer lugar el dominio de la materia de su especialidad. Pero además:Todo profesor ha de ser un experto en Humanidad, en conocimiento del ser humano. Delors informó: la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. Pero No es suficiente una visión puramente instrumental de la educación; su función, en toda su plenitud, es la realización de la persona y en consecuencia debe orientarse a aprender a ser. La posesión de la cualidad “tener autoridad” en un profesor supone saber enseñar a conocer, enseñar a hacer, enseñar a convivir y enseñar a ser. Es decir: ser una persona buena, experta en el arte de enseñar

DON ALEJANDRO LLANO (EN UN ARTÍCULO RECIENTE) Lo importante no es enseñar, lo importante es aprender. Lo decisivo en la enseñanza es el alumno, no el profesor iluminado. Sólo se puede educar en el ámbito de una tradición cultural, dentro de una comunidad de investigación y aprendizaje. El conocimiento es una práctica comunitaria.

¿QUÉ OCURRIRÍA SI NADIE QUISIERA APRENDER? ¿Qué ocurriría si la “dictadura del relativismo se hubiera cobijado en las familias, en la sociedad y en las aulas? ¿Qué ocurriría si la sociedad ya no fuese una comunidad? ¿Qué ocurriría si nuestros alumnos fuesen como Holden Caufield, el protagonista de “El guardián entre el centeno” de J.D.Salinger (Alianza Editorial)

LA HORA DE NARCISO ENAMORADO DE SÍ MISMO ENSIMISMADO EGÓLATRA INSEGURO E INCONSTANTE ENEMIGO DE LOS COMPROMISOS ESPERA TODO; DAR, NADA VACÍO RECELOSO INFECUNDO

ACLARACIÓN A ENRIQUE GARCÍA-MÁIQUEZ Miguel d’ Ors En tus paseos por la noche, miras, curioso, las ventanas despiertas de las casas y, con rara nostalgia, te imaginas otras historias, risas, conversaciones cálidas... Qué joven eres, luminoso amigo (o qué de lejos miras las ventanas). ¿Conversaciones, dices? ¿Pero no has leído el pésame de Peñalosa a Bécquer? ¿Risas? Sí: las grabadas en la banda sonora de las series (y para más horror, risas americanas). Historias, una sola y misma historia que te puedo contar en tres palabras: sofás llenos de gente -mes semblables, mes fréres- que, con la mente espatarrada, engulle chucherías, coca-colas y todo lo que va vomitando la pantalla.

ABIGARRAMIENTO Y CAOS Matías Sánchez Perdidos

¿POR QUÉ GRITA? ¿Qué le ha ocurrido a la Humanidad?

Es hora de síntesis y de claves de sentido. Es la hora de ir al fondo de las cuestiones y dar respuestas verdaderas, acordes con nuestra razón de ser más profunda No es hora de lamentos sino de respuestas.

TESTIGOS DE LA FE EN LA ESCUELA De ninguna manera plantearía una organización para poner a los profesores católicos a la defensiva. La urgencia de la puesta en pie no viene por escaramuzas, incursiones o golpes bajos de iluminismos tan pertinaces como trasnochados. Se trata de iluminar y ordenar la realidad temporal Se trataría de una misión apostólica entre el profesorado que tendría como objetivo concretar en los ámbitos educativos lo que nos enseña El catecismo de la Iglesia católica en su compendio: “Los fieles laicos tienen como vocación propia la de buscar el Reino de Dios, iluminando y ordenando las realidades temporales según Dios. Responden así a la llamada a la santidad y al apostolado, que se dirige a todos los bautizados”.

ACTITUD DE SERVICIO La primera presencia de un profesor cristiano en un centro estatal, también en los centros confesionales, ha de ser de actitud, más testimonial y de servicio que apologética, tiene que ver “esa mirada de amor que el otro necesita”, pero que sólo se puede aprender en los ojos y en el corazón de Cristo. Juan Pablo II en su escrito “Levantaos, vamos” nos recuerda que los laicos no alcanzan la santidad sólo comprometiéndose activamente a favor de los pobres y necesitados sino mediante el cumplimiento de los deberes profesionales. Al comentar la parábola del buen samaritano, resalta la figura del posadero, que permaneciendo en el anonimato, realizó la mayor parte del trabajo. Cumplir las tareas con espíritu de servicio, este y no otro es el punto de partida que esperaba en maestros y profesores. Por ello afirma rotundamente: “El cumplimiento fiel de los propios deberes profesionales es practicar ya el amor por las personas y la sociedad”.

MEMORIA E IDENTIDAD JUAN PABLO II “En efecto, en determinadas circunstancias de la existencia humana parece que el mal sea en cierta medida útil, en cuanto propicia ocasiones para el bien”