Diez dilemas 7ta parte Por Stephen R. Covey

9. ¿Cómo convertimos un enunciado de misión en una constitución, en la fuerza guía suprema de una organización, en lugar de convertirlo en una nebulosa colectiva, sin sentido, con cinismo que induce a obviedades?

Desarrollar un enunciado de misión corporativa es con frecuencia algo hueco, un ejercicio vacío que hacemos solo para complacer a la gente de recursos humanos. El enunciado no es más que un enunciado de relaciones públicas. No es una verdadera constitución

Irak, por ejemplo, tiene una constitución democrática, pero todos saben dónde está la verdadera constitución.

Y así, el documento se convierte en un recurso de cinismo las obviedades no son un recurso por el cual se toman verdaderas decisiones.

Así, no tenemos que tratarlos como individuos; podemos tratarlos de manera colectiva como cosas o minorías, grupos étnicos,…

Si puedes crear estas condiciones, suficiente gente actuando libremente con respeto, sentimientos seguros en donde sus trabajos no se ven amenazados, e informados de las realidades del negocio, el enunciado de misión será el mismo.

Tendrán que ver con los inversionistas y tomadores de decisión, separarán fines y significados y lidiarán con las cuatro necesidades humanas universales.

Muchos ejecutivos no quieren una verdadera constitución ellos quieren ser la constitución, no estar subordinados a ninguna ley superior.

No quieren ser un agente, quieren ser el director, ir y venir como les plazca y no rendir cuentas a nadie.

¿Cómo mantenemos el control y damos a la gente la libertad y autonomía que necesitan para ser efectivos y estar realizados en sus trabajos?

Si das a la gente libertad, tal vez también encuentres algunos cañones mal apuntados que hacen cosas tontas.

¿Cómo podemos tener poder (y dar poder a otras personas) con confianza y competencia para resolver problemas y obtener oportunidades sin miedo a los cañones mal apuntados?

La respuesta más común es crear reglas y regulaciones para supervisar la estupidez, pero eso oprime la libertad. Entonces ¿Cuál es la solución? Surgir con principios y una visión común en la que todos puedan creer.

Y luego hacer a la gente responsable de los principios tal como los percibieron los inversionistas. Y luego hacer a la gente responsable de los principios tal como los percibieron los inversionistas.

Una vez que hayas hecho los arreglos entonces podrás decir, “Eres libre,” porque la gente conoce las bondades, limitaciones, controles y balances y las responsabilidades de los inversionistas.

Y no es el timonero el que tira a la persona por la borda, es el otro remero.

Sin libertades, tendrás una Guerra Civil, ya que la gente se une e intenta obtener libertades y derechos.

El reto del liderazgo es dar sentido de dirección, adhiriéndose a principios con un “norte verdadero”

Siempre que la gente se separa de la naturaleza y de los verdaderos principios con “norte”, siente que tiene que protegerse a sí misma de la falsedad y arbitrariedad de sus líderes.

No podrás tener una cultura Centrada en Principios si las personas en los niveles más altos (y en los más bajos) se enfocan en centros cambiantes y distintos.

Continuara …