La mansedumbre

En relación con la mansedumbre podemos encontrar algunos términos como: amabilidad, dulzura, suavidad benignidad, etc. Sin embargo para S. V. coinciden mucho la mansedumbre, la cordialidad y la clemencia. Conceptualmente, la mansedumbre se entiende como la fuerza o la virtud que permite a la persona moderar razonablemente su ira o indignación. Moralmente la mansedumbre se reduce a vivir en paz con uno mismo y con los otros con la finalidad de que las relaciones sean pacificas, suaves y de buena forma.

Contexto SVP vivió en una época muy violenta. En nombre del Evangelio los cristianos se mataban unos a otros. Se estaban dando las guerras políticas entre varios países. SVP no sólo experimentaba la violencia en el mundo externo, sino que él mismo experimentaba la tendencia a la ira. Abelly lo dice. En base a esta doble violencia SVP remarca el valor de mansedumbre, tanto a nivel social , como a nivel personal. En sus escritos aparece la palabra Mansedumbre alrededor de 400 veces.

Lo cristológico de la mansedumbre Jesucristo es el paradigma de esta virtud. A. Rechazó toda cólera. Expresó la ira de forma constructiva. Dice SVP que Jesús expresó su “santa ira” no como un simple desahogo, sino para que el otro despierte de su mala actitud.

Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón Mt. 11,29. Uno de los motivos por la que le siguieron a Jesús es que era manso en sus palabras y gestos. Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón Mt. 11,29. Bienaventurado los mansos, porque ellos poseerán la tierra. Mt. 5,4 En esto conocerán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros. Jn. 13, 35. El distintivo de un cristiano es llevar una vida plena de caridad, mansedumbre y respeto.

Toda la vida de Cristo es una gran enseñanza a cerca de la mansedumbre, pero esta virtud reluce de forma particular en su pasión. “Permitió que le reprocharan públicamente el mal que no había hecho y no dijo una sola palabra para que se viera la confusión. Aprendamos de Él, padre, a ser mansos y humildes” SVP, VI, 365 Le impresionó mucho la mansedumbre de Jesús, así como también la de San Francisco de Sales en cuanto que era hábil en las controversias y convertía incluso a los herejes más con su mansedumbre que con su doctrina.

La vida comunitaria de Jesús Jesús condujo a los suyos con mansedumbre y paciencia. Tuvo una comunidad que no era perfecta, a pesar de ellos no dejó de compartir su vida con ellos. La mansedumbre de Cristo estaba reñida de la debida firmeza. Esta perfecta combinación de mansedumbre y firmeza es loa que lograba su buen gobierno sobre sus apóstoles. Sin mansedumbre, acudiría el desánimo entre los discípulos; sin firmeza se hubieran relajado los ideales evangélicos. SVPII, 302

Los beneficios de la mansedumbre 1. Ayuda a restaurar la paz en los más diversos ámbitos. 3. En la vida comunitaria. -La comunidad se convierte en un pequeño paraíso. -Da la necesaria cuota de comprensión y objetividad para permitir una evangélica convivencia. -un superior manso es fácilmente obedecido. Nadie quiere ser corregido con cólera y de mal modo. SVP, III, 236 2. Ayuda a mantener la buen convivencia y a restablecerla si se ha resquebrajado.

* produce una profunda paz en la personas, que las hace constantes. 4. En el ámbito personal. * produce una profunda paz en la personas, que las hace constantes. * Capacita para un mejor discernimiento, para escuchar más efectivamente la voz de Dios. (porque habrá paz interior, tranquilidad y serenidad).

* Permite llegar al corazón de los pobres. 5. En el apostolado. * Permite llegar al corazón de los pobres. * Con la mansedumbre se puede lograr reconciliar a las personas más vengativas y cambiar los corazones más envenenados. Con los pobres debemos hacernos afables en su asamblea, sólo siendo afables, los pobres se nos acercarán. SVP XI, 757 * Ayuda a que se dé la gracia de la conversión de los pecadores más obstinados. Las palabras duras he hirientes endurece el corazón de la gente y los aleja de Cristo. SVP, IV, 55.

La práctica de la Mansedumbre SVP dice que la mansedumbre debe practicar en todas las etapas de la vida espiritual, así como en todas las funciones y con todo tipo de personas. SVP, XI. 475-478. Algunas recomendaciones para la práctica de la mansedumbre: a. reprimir los movimientos de cólera. Deteniendo todo movimiento de ira y todo deseo de venganza. Evitar los gestos agresivos.

b. demostrar un poco de cólera pero siempre bajo el control de la razón y del amor. La cólera como energía espontánea brota naturalmente en la persona cuando ésta percibe algo malo. Como toda emoción puede ser bien o mal utilizada. El amor marcará la intensidad. c. realizar gestos y acciones cordiales. La mansedumbre inspira actos de cortesía y hospitalidad con los que se demuestra cuánto nos interesa el otro. “tener mucha afabilidad, cordialidad y serenidad de rostro con las personas que se nos acerquen, de forma que sientan consuelo de estar con nosotros. De ahí proviene que algunos, con sus modales sonrientes y llenos de amabilidad contenten a todo el mundo, ya que Dios les ha concedido esa gracia de darles una acogida cordial, dulce y amable, por la que dan la impresión de ofrecernos su corazón y pedirnos el nuestro. SVP,XI,

d. saber sufrir las ofensas con generosidad y dispensar el perdón a los ofensores. «Al conversar evitaremos con mucho cuidado toda terquedad… hemos de evitar… el mostrarnos molestos y ofendidos contra nadie, o herir a nadie de palabra o de hecho o de cualquier otra manera» (RC VIII,9)

S. V. menciona algunos defectos contrarios a la mansedumbre: ira desordenada, la indignación, la perturbación de la mente por el enfado, el rencor, etc. La mansedumbre se presenta como una de las virtudes propias de la C. M. y se le cita como un dinamismo de la vida de comunidad.