Engañan al pueblo, justificando y sacralizando al Poder opresor. Tienen apariencia de Cordero, pero hablan como el Dragón 13,11 Ponen cara de buenitos, pero su actuar es satánico. Son los “falsos profetas” (16,13; 19,20; 20,10): que colocan su magia, su poder, y su saber al servicio de los opresores ( 13,12).

La Pequeña Bestia realiza maravillas al servicio de la Bestia, engañando con ellas a los que han aceptado la marca de la bestia y a los que adoran su estatua. 19,20 Realizan grandes prodigios… Por medio de ellos engañan a los habitantes de la tierra… Queriendo exterminar a todos los que no la adoren 13, Seducen a la humanidad y consiguen que todos adoren la imagen de la bestia bestia 13,15 La Bestia de la tierra (13,11-17), llamada «el falso Profeta» (19,20 y 20,10), es el símbolo de las ideologías que están al servicio del Imperio (13,12-15).

Los falsos profetas, los de ayer, y los de hoy, engañan, seducen, atontan y manipulan al pueblo. Así mantienen segura la brutalidad del Imperio. Estas ideologías, a menudo pseudo religiosas, utilizan su poder para engañar a los ingenuos y para marginar, incluso económicamente, a todo el que no quiere adorar a la Gran Bestia. Con la Ley, el Culto y la ignorancia justifican y sacralizan al Imperio. Son los funcionarios del poder opresor, que aureolan de piedad y ciencia la sumisión al Estado. El fundamentalismo, la superstición y la torpeza al servicio del Poder. Su apariencia es suave, pero sus intenciones muy malignas.

Crece la ignorancia de lo importante… Y el conocimiento de lo inútil… Apagullan a los jóvenes con multitud de temas inútiles, que los alumnos tienen que sujetar con alfileres memorísticos, que desaparecen pronto… Frena la crítica y la creatividad… Se pretende preparar buenos consumidores, servidores del sistema. Se les enseña a no ver los problemas reales… No nos enseñan a pensar por nosotros mismos…

En nombre del bien estas bestias sacralizan la violencia para mantener el “orden”: sus privilegios, su “evangelio del mercado”. No empujan a violar la ley, sino al sometimiento a la “Ley”. Seducen al cumplimiento de las leyes imperiales, más allá de todos los efectos que tiene sobre la vida de los seres humanos. Siempre encuentran alguna razón para legitimar sus “robos” ¡Miedo a perder el trabajo! ¡Miedo a que no le den trabajo!

Dominan ante todo por el engaño: Sus seductoras propagandas … Su imperio ya no tiene fronteras: Sus cadenas abarcan al mundo entero. Disponen de poderosas y eficaces propagandas masivas Tienen multitud de caras y de nombres.

Adoran y sirven al sistema financiero vigente, sin tener en cuenta que es una fábrica de pobres. Muchos cristianos siguen doblando la rodilla ante “la Bestia Imperial”, indiferentes al dolor y al grito de los pobres … Espiritualizan indebidamente el mensaje cristiano, quitándole su opción radical por los pobres. Los ritualismos justifican la indiferencia: Cumplo con mis ritos, y ya, tranquilo, no tengo que preocuparme de los problemas ajenos: Presentan a Jesús y a María como poderosos ricachones… Desfiguran el rostro auténtico de Cristo. Jesús fue asesinado por no aceptar los valores de los opresores de su pueblo. Puso el bien de todos como criterio decisivo de vida. No ver, no oír, no hablar de ningún problema social. Pero ellos fueron pobres, parte del pueblo marginado…

A lo largo de la Historia, los falsos profetas, pequeñas bestias, proliferan entre gente “religiosa”. El Papado no es la gran bestia, como afirman algunas sectas, pero sí ha habido algunos Papas Bestias… Mucha gente “religiosa”, sacerdotes y laicos, han estado y están al servicio de la Gran Bestia. Todos los que bendicen, apoyan y justifican al poder acaparador- opresor. Los que se aprovechan de su corrupción. Todos los fundamentalistas están al servicio del Imperio con sus fanatismos y sus violencias. Los que callan y consienten. Los que bendicen sus armas. Los egoístas comodones… Los acomplejados, que no hacen nada…

Podemos estar combatiendo el Reinado de Cristo: Despreciando al pobre y al marginal Apoyando a gobiernos corruptos… Callando ante las injusticias… Aprovechándonos de la corrupción reinante… Encerrándonos en nuestros pesimismos… Hay que ser muy sinceros... O construimos fraternidad o la impedimos. A favor de la vida o en contra... O con Cristo o contra él. El problema es tan global, que nadie puede quedarse al margen.

Ofrece cómodos sillones bajo la forma de subvenciones, puestos de trabajo, premios, privilegios, coimas… El Imperio les paga muy bien…

Todas estas bestias están al servicio de la Gran Bestia

El Sistema Reinante se asegura a través de sus medios de comunicación que la juventud se desoriente, se distraiga, se embrutezca y se atonte lo más posible, de forma que nunca lleguen a ser conscientes, creativos y comprometidos… Nos mata la esperanza Nos llevan a la estupidez global

Como fueron su orgullo y su lujo… caerán sobre ella sus plagas: Muerte, duelo y hambre 18, 7s Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto, ni pena, pues todo lo anterior ha pasado pues todo lo anterior ha pasado 21,4 El mar (la maldad) dejará de existir. 21,1 Ya no habrá noche 22,3 La Bestia fue capturada… Y fue arrojada al lago de fuego… 19,20 para que en adelante no engañe más a las naciones 20,3 El sol, la luna y las estrellas (los imperios) cayeron, “como higos pasmados que caen de una higuera agitada por un huracán” 6,12-17 La ruina definitiva de la Bestia es deseada (16,17-21) y cantado con alegría (Ap 18). Desaparecerán pronto 17,8

Todo imperio acaba destruyéndose porque no atiende a las consecuencias de las plagas que comportan su actuación injusta al servicio de los ídolos del dinero y del poder. Los Imperios caen no por la mano directa de Dios, sino como consecuencia de sus propias acciones. Sus contradicciones internas los arruinan.

Donde hay amor, justicia, verdad, belleza, ahí está él. El amor no es noticia. La violencia sí. Las propagandas nos quieren volver pesimistas, subrayando sólo lo negativo. En medio de un mundo muy cruel, el Apocalipsis nos invita a creer que Jesucristo está triunfando. Y acabará triunfando del todo. Aprendamos a contemplar la historia con ojos cristológicos. Salgamos de su área de influencia En la humanidad se desarrollan muchísimos actos de amor, de amor heroico. La Justicia y la Verdad van creciendo. Y maravillosas obras de arte.

Otro mundo es posible ¿Dónde luchamos nosotros? ¿A favor del Dragón y sus Bestias? ¿O nos mueve el Espíritu de Jesús y su Abbá?

Dios será sólo amigo, dejando de ser autoridad. Ya no habrá templos, ni religiones: Dios alumbrará y todos reinarán. Pero no sobre otros, sino sobre sí mismos. La muerte misma morirá. Llegará un mundo nuevo y un cielo nuevo, definitivos.

La “crisis” es menos “crisis” cuando los jóvenes vislumbran un futuro, un nuevo sistema, una nueva civilización. El Apocalipsis nos invita a “creer”, a “confiar”, a reconocer que Dios es más poderoso que la maldad. La crisis es menos “crisis” cuando uno se deja vestir de blanco, se reúne con la humanidad en hermandad y clama por la venida del Redentor. La crisis es menos crisis cuando se renuncia a montar en los caballos del poder, de la avaricia, de la violencia, de la muerte.

Premio Nóbel de la Paz, 1984 Diseñó JL Caravias sj