Isabel, inscrita en el álbum de los santos Perfil de su santidad Supremacía de la caridad Espiritualidad bíblica Oración y contemplación Desprendimiento Fundó una congregación Irradiaba gozo y paz Obediencia incomprensible Penitente misericordiosa Institucionalizó la caridad Trabajaba con sus manos Vivió las bienaventuranzas

CANONIZACIÓN DE ISABEL CANONIZACIÓN DE ISABEL Gregorio IX, el papa de san Francisco, canonizó a Isabel el 27 de mayo 1235, domingo de Pentecostés, unos tres años después de su muerte, en la iglesia de los Dominicos de Perusa

La caridad constituye el meollo de la santidad y del Evangelio. La persona de Isabel es un canto al amor, plasmado en servicio y abnegación, volcado a sembrar el bien. El amor auténtico tiene dos vertientes, la divina y la humana, pero se trata de un único amor. 1

. Isabel se propuso vivir el Evangelio sencillamente, sin glosa. 2 Si quieres ser perfecto ve, vende lo que tienes, dáselo a los pobres y sígueme (Mt 19,21). El que ama a su padre, madre e hijos más que a mí, no es digno de mí (Mt 10,37). Al que te quite el abrigo, dale la túnica (Mt 5,41). Venid benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer (Mt 25, 35). Quién reciba a un niño como éste me recibe a mí (Mc 9, 37).

Isabel Isabel se revistió de María pero no se despojó de Marta. Era una mujer hecha oración. Su ardiente fuerza interior brotaba de su contacto con Dios. Vivía en la presencia constante del Señor, fuente de su fortaleza y alegría.. Su rostro irradiaba un maravilloso esplendor. 3

… Se desprendió de su vida cortesana, de su hogar en Wartburgo, de su condición de princesa, de privilegios, bienes y seguridades, de su buen nombre … Se desprendió hasta de sus propios hijos. Toda su vida fue un lento y constante despojo del yo y del egoísmo. Al final no le quedó nada más que la túnica gris franciscana de mortaja. 4

Señor, Dios mío, dame todo lo que puede conducirme a ti. Señor, Dios mío, dame todo lo que puede conducirme a ti. Señor, Dios mío, quítame todo lo que me aparta de ti. Señor, Dios mío, quítame todo lo que me aparta de ti. Señor, Dios mío, apártame de mi misma y hazme totalmente tuya. Señor, Dios mío, apártame de mi misma y hazme totalmente tuya. 4 En la vida contemplativa no se ha de cortar la unión con el mundo. Cuánto más una es atraída en Dios, tanto más tiene que salir de sí misma hacia el mundo, para impregnarlo de la vida de Dios. Lo que importa es disponer de un rincón quieto en el que se pueda tratar con Dios de tal manera, como si no hubiese nada más. Mi vida empieza de nuevo cada día y acaba cada noche. Por encima del día no tengo proyectos ni propósitos. Hay que abandonar las preocupaciones por el mañana. (Edith Stein) El programa de vida realizado por Isabel, descrito por otra santa nacida en Presburgo: Edith Stein.

Fundó una congregación religiosa Fundó una congregación religiosa Después de la 1ª profesión de penitente, vivió su compromiso en fraternidad con sus sirvientas y compañeras en el palacio de Wartburgo. También las compañeras profesaron con ella la renuncia total. Como ella vistieron la túnica gris de penitentes franciscanas. Eran religiosas en el pleno sentido de la palabra. Esta congregación religiosa no fue aprobada por la Iglesia porque estaba fuera de los cánones. 5

De niña ya era alegre y festiva. Vivió la perfecta alegría en la tribulación, en la soledad y en el dolor, como enseñó san Francisco. Abandonada y errante por Eisenach, hizo cantar un Te Deum en la noche, a los franciscanos. Irmgarda: ‘Isabel, cuando era muy feliz, lloraba mucho’. 6

OBEDIENTE HASTA LO INCOMPRENSIBLE Jesús fue obediente al Padre hasta la muerte en cruz. Francisco cifraba la perfecta obediencia en la perfecta renuncia a la propia voluntad. Las mujeres que querían progresar en el seguimiento de Cristo, hacían voto de obediencia a un director espiritual o visitador. Así, Clara de Asís prometió con algunas compañeras obediencia a san Francisco. La palabra del maestro Conrado era para Isabel como la voz de Dios. Isabel sabía cuando doblar su voluntad y cuando erguirla. 7

Día a día, hora a hora, pobre a pobre, llaga a llaga vivió y gastó la misericordia de Dios en el río de dolor y de miseria que la envolvía. En los sedientos, hambrientos, enfermos, leprosos y desventurados, Isabel descubrió a Cristo (Mt. 25,40). 8

Pero Isabel usó no sólo del amor sino también de la inteligencia en su obra asistencial. Contribuyó en la creación de tres hospitales: Eisenach, Gotha y luego el de Marburgo, la obra predilecta de su viudedad. Fundó una fraternidad religiosa para que lo atendiera. 9

Hilaba lana y cosía vestidos para los pobres. Preparaba la comida para los indigentes hospitalizados; fregaba los platos y alejaba las sirvientas, cuando éstas se lo querían impedir. Servía personalmente a los abatidos, a los pobres y enfermos. No era de los que reparten responsabilidades a los demás para librarse de ellas. 10

Isabel fue feliz, muy feliz, bienaventurada, a pesar de todo lo que sufrió. Realizó en su vida el absurdo de las bienaventuranzas Respondió a los ultrajes con humildad, sin resentimiento, por esto conquistó la nueva tierra de muchos corazones. 2. Las lágrimas fluyeron por sus mejillas y fueron fuente de consuelo. 3. Luchó por un mundo más justo y más fraterno y su hambre y sed de justicia fueron saciadas con la satisfacción de haber sembrado nuevas posibilidades. 4. Despilfarró misericordia sin distinciones de quiénes, ni de cómos ni de cuándos. Así obtuvo la plena misericordia de Dios. 5. Con corazón puro, espontáneo y sin dobleces se presentó ante Dios y gozó de su consuelo en sus horas difíciles. 6. Llevó la paz a todos los hermanos. Todos eran hijos de Dios y ella su hija predilecta. 7. Y conoció el odio y la persecución, por ser justa y diferente. Respondió dando gracias a Dios, porque era ya ciudadana de otro reino. 8. Escogió la pobreza real, no sólo la del espíritu; se desprendió de todo su reino, pero se le abrió el de los cielos.

Hemos creído en el amor de Dios, es la gran opción fundamental de todo cristiano, dice el papa Benedicto XVI en su encíclica programática Deus caritas est. El amor fue el eje en torno al cual giró toda la vida breve y densa de santa Isabel. Tras sus huellas, nuestra fe en el amor de Dios saldrá fortalecida y nos animará a ser instrumentos de su misericordia. ◄Santa Isabel franciscana Imagen del Sacro Convento, Asís