Reflexión teológica para la nueva mutua relación laicos-religiosos Ahondar Interrelacionar Proyectar
Criterios básicos En la Iglesia lo que es propio no es exclusivo. Lo que es común no puede faltar a ninguno. A ninguno le puede faltar la originalidad. La comunión se consigue a partir de la diversidad y no de la uniformidad. Lo que es diferente no separa sino que distingue a cada uno y enriquece al conjunto. Lo que es recíproco crea y favorece la interacción e interdependencia.
1. Identificar lo que es común entre Laicos y Religiosos Seguimiento de Jesús y la referencia al reino. Don carismático recibido. Igual dignidad, derechos y deberes. Participan activamente en la misión de la Iglesia. Una rica herencia espiritual.
2. Identificar lo que es diferente entre Laicos y Religiosos Transmitir de una manera clara y sencilla la originalidad. Llamada o vocación tanto a la VC como a la vida laical. Una consagración especifica. La misión es común pero los ministerios suelen ser diferentes y peculiares. Vivir formas de vida diversas.
3. Reforzar y profundizar lo que es común a los Laicos y Religiosos La inserción en la realidad La historia común. La referencia al carisma La llamada a la santidad.
4. Hacer complementario lo que es diferente entre Laicos y Religiosos Inicio a un nuevo capítulo. Rico de esperanzas. Antes en clave de aislamiento, o de mera yuxtaposición. Pueden ser diversos los modos de vivir la fe, de hacer la oración, de servir a los pobres, de anunciar el evangelio, de entender la vida comunitaria.
Complementario Un consagrado aprende mucho del modo de orar y de amar de una pareja. Un carisma se afirma, se hace significativo y se contagia cuando se encarna en el contexto familiar o la política, la economía y se formula por quienes eso mismo viven.
Una verdadera refundación Con los laicos el consagrado soy cristiano; para los laicos consagrado El laico con los religiosos es cristiano y para ellos es laico.