En estos días de Adviento, frente a los miedos y a las inquietudes nos es anunciado que la esperanza, débil semilla de luz, ha sido sembrada de una vez por todas en nuestras tenebrosas tierras maltratadas. Dios mismo es el sembrador, también Él es precisamente la semilla sembrada. Viene como persona a insertarse en la humanidad tan insegura e incumplidora. En carne y en espíritu él se instala En carne y en espíritu él se instala definitivamente in ella, que se hace el lugar de su humana condición. En cuerpo y sangre Él se ata con pasión a los hijos de la tierra. Así, aunque se inclinen, aunque caigan, los hijos de la tierra volverán sus ojos hacia Él y sabrán que Él permanece a su lado, fiel y solidario, para caminar con ells hasta el fin de los días. ¡El tiempo de Adviento despierta la esperanza!

¡He aquí que viene! ¡Levantaos! Es tiempo de esperar! ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando, en el momento de la prueba, Tu alma está triste y dudosa, invócame: Yo soy aquel que te consuela ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando te sientas morir a causa de las dificultades de la vida, y sientas que ya no puedes más, llámame: Yo soy la fuerza ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando estés cansado y fatigado, y no consigas encontrar alivio, ven a buscarme: Yo soy el refugio Yo soy el refugio ¡Maràn athà! Ven Señor Jesús!

Cando pierdas la serenidad y sientas que tus nervios no aguantan más, invócame: Yo soy la paciencia ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando estés envuelto por hechos de la vida y estés padeciendo el dolor causado por las pruebas, grita a mí: Yo soy el bálsamo bálsamo ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando el mundo te haga solo falsas promesas y te surja la duda de que no haya nadie de quien poder fiarse, ven a mí: Yo soy la verdad ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando tu corazón está lleno de tristeza y de melancolía, llámame: Yo soy la alegría ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando, una a una, sean destruidas todas tus expectativas y la desesperación te inunde la mente, búscame: Yo soy la esperanza ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando la maldad y la arrogancia del corazón humano te postren en tierra y te humillen, llámame: Yo soy el perdón ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando la duda te asalte hasta hacerte poner todo en discusión, fíate de mí Yo soy la fe ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Cuando nadie te entienda y veas desvanecerse todas tus esperanzas entre la indiferencia del mundo, ven a mí: Yo soy la justificación ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

Y cuando al fin quieras saber quién soy pregúntale al río que corre, al pajarillo que canta, a las estrellas que centellean: Yo soy la vida Yo soy quien te ha creado a ti y a todas las cosas Yo soy aquél que te ama con un amor infinito y eterno Yo soy tu Señor y tu Dios ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús!

¡Hay un hecho extraordinario que está sucediendo en estos días: Dios se hace hombre y viene a habitar en medio de nosotros Abramos los ojos y estemos atentos y vigilantes, no perdamos también esta ocasión para encontrarnos con el Señor.

Si hoy llama a mi puerta… le abriré, no titubearé. Vendrá a sentarse a mi mesa. ¡Mi casa, será su casa! ¡He aquí que viene! ¡Abrid! ¡Es tiempo de esperar! ¡Maràn athà! ¡Ven Señor Jesús! Elaborado por Antonio Barone