*Pongámonos en presencia de Dios para comenzar el tiempo de pastoral.

El tema sobre el que vamos a trabajar es: *Introducción: El tema sobre el que vamos a trabajar es: “Cuidemos la imagen de los miembros de nuestra familia”

Les invito a pensar en las frases con las que nos hablamos en nuestros hogares, las buenas como: “Te quiero”, “Confío en ti”, “Me haces feliz”, “¡Mi regalona!”

Les invito a pensar en las frases con las que nos hablamos en nuestros hogares, …y las malas como: “Eres un bueno para nada”, “¿Otra vez?”, “No te aguanto”, “Déjame en paz”.

*Para la Reflexión Personal: Pongamos nuestra mirada en la columna de las buenas frases. “Te quiero”, “Confío en ti”, “Me haces feliz”, “¡Mi regalona!” ¿Cómo nos sentimos cuando nos hablan así?... ¿Cómo hacemos sentir a los de nuestra familia cuando les hablamos así?...

*Para la Reflexión Personal: Leamos ahora las malas frases. “Eres un bueno para nada”, “¿Otra vez?”, “No te aguanto”, “Déjame en paz”. ¿Cómo nos sentimos cuando nos hablan así?... ¿Cómo hacemos sentir a los de nuestra familia cuando les hablamos así?...

*Compartir: Los que quieran que compartan qué enseñanza les ha dejado este ejercicio.

*Reflexión: En nuestro trato con los demás, lo queramos o no, les manifestamos la imagen que tenemos de ellos, de quiénes son para nosotros, es por eso que nuestras palabras, nuestras acciones y gestos con los miembros de nuestra familia tienen repercusiones para bien o para mal en cada uno de los mismos.

Por eso nos dañan los juicios negativos, que sentimos muchas veces injustos de los demás, o sin tener en cuenta nuestras cualidades y límites, porque nos hacen vernos como defectuosos. Lo curioso es que todos destacamos en algo, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil.

Y aun así lo que más nos daña es la indiferencia. No estar solos, pero que las personas con las que estamos nos hagan sentir en soledad, porque no nos toman en cuenta. Es cuando en nuestra casa se vive más en soledad que como en un hogar. Así recibimos la imagen de que no importamos, incluso para las personas para las que tenemos que ser importantes, nuestra familia.

Cuidemos lo que nos decimos, cuidemos la imagen que con lo que nos decimos transmitimos a los que queremos. Que nuestras palabras, acciones y actitudes reflejen cada vez más los sentimientos de amor que nos unen y que tantas veces nos cuesta demostrar en lo cotidiano y en los gestos sencillos. Y cuidemos cómo hablamos de ellos a los demás.

*Oración: Ahora es el momento de orar, de charlar y compartir con Dios todo lo que hemos reflexionado y hablado sobre nuestra familia y cómo nos tratamos. Pidamos ayuda, demos gracias, y sobre todo estemos abiertos a escucharle

*Compartir lo Orado *Acabemos nuestra Oración con la oración apostólica del padre Claret, con el deseo de que lo que vivimos con Dios se lo transmitamos a los de nuestra familia: Señor y Padre mío, que te conozca y te haga conocer, que te ame y te haga amar, que te sirva y te haga servir, que te alabe y te haga alabar por todas las criaturas. Amén.