Instituto Secular Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote

Las Siervas nos situamos en el misterio de la Encarnación y de la Pascua de Jesús. Por un lado, la Encarnación nos coloca en la misma entraña de la historia, desde dentro, siendo parte de esa historia, saboreando la esperanza a la que toda la humanidad está llamada por Jesucristo.

La experiencia de la Pascua nos introduce de lleno en un mundo que padece el dolor, la injusticia y la violencia. En todos los que sufren, en todos aquellos que sienten amenazada su vida, sigue hoy crucificado Jesús. La Sierva se siente llamada a abrazarlos con misericordia entrañable desde la experiencia de la RESURRECCIÓN.

Encarnarse significa reconocer y hacer presente en la historia al “Dios con nosotros”. No se puede amar a distancia, ni desde arriba, ni desde la superioridad y prepotencia. Nuestra presencia es saber estar al lado de nuestros contemporáneos, cercanas desde lo cotidiano, desde lo que no cuenta y permanecer en el amor, a veces silencioso.

Y esto implica una constante llamada para llegar a los últimos lugares, donde parece que Dios está ausente, a lo más alejado de lo que llamamos religioso, y allí ser luz y sal de la tierra con la confianza infinita de que la Redención ha llegado hasta lo último. Sólo así la Sierva puede ser instrumento de Dios para transformar las estructuras, purificar la idea de Dios y descubrir el verdadero significado de lo que implica la salvación universal.

Compartimos, participamos y servimos en y para la vida de la Comunidad eclesial.

Favorecer la fraternidad presbiteral en el ministerio pastoral.

Favorecer que el Sacerdote sea signo de comunión.

Acercar al Sacerdote las necesidades concretas de la Comunidad y de todos los hombres.

Atención personal al Sacerdote desde una colaboración en su ministerio.

Ayudar a toda la Comunidad a redescubrir el Sacerdocio bautismal y su misión en el mundo. Ayudar a toda la Comunidad a conocer y valorar el Sacerdocio ministerial, la necesidad de sacerdotes santos que estén en la Comunidad como el que sirve. Que nuestra presencia, palabra y hacer sea medio y cauce para que los laicos descubran a Dios en sus vidas y se sientan amados por Él.

Celebrar el amor de Dios. Y ayudar a la Comunidad a celebrarlo.

Acompañar el itinerario de crecimiento en la fe en Jesucristo y en el sentido de pertenencia a la Iglesia, desde donde la persona se sienta enviada por la Comunidad eclesial a evangelizar a todos.

Ayudar a conocer la Palabra de Dios, orarla, saborearla, interiorizarla, y vivirla.

Dar de comer al hambriento, de beber al sediento... Promover la dignidad de las personas.

Proyecto “habitat saludable” (Ecuador). Acompañar a las mujeres y ofrecerles capacitación para mejorar la salud de ellas y de sus familias. Acompañar Comunidades de gente muy humilde, campesinos, jornaleros, que trabajan labrando la tierra y cuidando ganado ajeno. Visitarles, rezar con sus familias, compartir y fortalecer su fe.

Acoger a quienes han tenido que dejar su tierra y sus seres queridos buscando salir de la pobreza y construirse un futuro. Defender sus derechos, informarles, acompañarles, quererles.

ESPÍRITU SANTO, QUE ERES LUZ AYÚDAME A SER LUZ DE VERDAD PARA MIS HERMANOS. D. JUAN SÁNCHEZ HERNÁNDEZ

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