Yo aprendí que AMPI es como un gran árbol
Que AMPI ha crecido con fuerza e ímpetu de compromiso con voluntad de alcanzar un gran sueño.
AMPI fue sembrado por gente visionaria que se unió para lograr un fin común nunca individualista o separatista.
Este árbol nos representara con una nueva cultura inmobiliaria interesada en que todos seamos cada vez mejores, más fuertes, preparados y más seguros.
Para que podamos lucir desde cualquier punto de nuestro país y de la sociedad.
Sus raíces las formaron gente hace 54 años con una filosofía de unificar criterios para prevenir y defender la integridad de la profesión inmobiliaria.
Su tronco se construyó con unos Estatutos y Código de Ética que han permitido la formación integral de su gente.
Con el único interés de defender el patrimonio y los derechos de la propiedad privada de nuestros clientes.
AMPI crece cuando nosotros nos comprometemos a buscar la forma que se nutran todas esas ramas y hojas que somos cada uno de nosotros.
Sus ramas son caminos de conocimiento y especialidades inmobiliarias que nos llevan en diversas direcciones.
Si todos nosotros participamos, lograremos continuar ese crecimiento.
Una vez al año, las hojas de los árboles caen, retoñando con más fuerza y energía.
Todos somos ese árbol que tiene vida, necesitamos seguirlo alimentarlo y no colgarnos de él.
En nosotros está que el verde de AMPI de nuestro gran árbol sea cada vez más brillante e intenso para que continué retoñando.
visión más clara de nuestro entorno de donde venimos y dónde debemos ir. Gracias a la altura que AMPI ha alcanzado nos permite tener una
se respeta y reconoce a nuestra actividad. Por eso mismo hoy en día
Nuestros presidentes y compañeros trabajan duro para que en nuestro árbol se den los frutos en beneficio de todos.
Apoyemos lo que ha costado medio siglo de esfuerzo, nos pueda llevar a niveles insospechados.
Cada quien sabe como quiere ver a AMPI, desde lejos, desde fuera o desde abajo.
O por lo contrario tener fe, ser parte de este gran árbol con esfuerzo, dedicación, amistad y compromiso.
La UNIÓN que da PRESTIGIO