III. Cortés y su amante Malinche
Doña Marina, « la Malinche » (1496-1529) Sabemos de ella que nació en Tehuantepec, en el sur de Méjico, y que fue esclavizada por los mayas. En 1519, a la llegada de los españoles, los mayas se la entregaron junto con otros veinte esclavos. Hernán Cortés, fascinado por su belleza y por su dotes de intérprete (hablaba el castellano, el nahuatl (lengua azteca) y el yupateca (lengua maya) se enamoró de ella y la guardó consigo. La llamó doña Marina.
Intérprete y amante de Cortés La Malinche tuvo una función diplomática : fue la encargada de traducir las conversaciones entre Cortés y Moctezuma II en Technotitlán. Tuvo un hijo con Hernán Cortés, al que llamaron Martín. Luego cayó en el olvido del extremeño, que ya tenía mujer en España. En 1526 se casó con un soldado, Juan Jaramillo, de quien tuvo una hija llamada María.
¿Heroína o traidora? Muchos piensan que la Malinche traicionó a su gente. Otros creen que ayudó a Cortés por amor y por deseo de crear un nuevo pueblo mejicano, fruto del mestizaje. El imperio azteca fue destruido, pero su historia y cultura sobrevivieron en parte gracias a los esfuerzos diplomáticos de la Malinche. El sueño de la Malinche, de Antonio Ruiz (1939).