1 Talavera, 15 de enero de 2012 Calidad en la educación

2 El Informe McKinsey ha señalado que la calidad de educación está poco vinculada a las variables que siempre se han considerado claves: inversión en educación, número de alumnos en el aula, número de horas de clase semanales del profesor, etc.

3 Cada vez es más claro que la mejora en la educación no depende demasiado de la inversión. La calidad de la educación en una familia tampoco depende mucho de su nivel económico.

4 Sistemas con gasto similar logran niveles de resultados muy diversos.

5 Otra evidencia es que los sistemas de cualquier nivel de desempeño pueden mejorar sustancialmente resultados en periodos de pocos años. Es aplicable a sistemas educativos, colegios, aulas, personas, etc.

6 La evaluación y la transparencia en esos datos suscita dinámicas internas de mejora muy fuertes, basadas en el aliento y el reconocimiento del esfuerzo personal. La experiencia de las pruebas CDI en Madrid ha sido muy buena: suscitan energías de mejora que no habrían despertado a base de recursos económicos.

7 Hay que suscitar interés por formarse e innovar, salir de la rutina con proyectos que aglutinen ilusión.

8 Los procesos de coach, de ayuda a cada uno para mejorar. Por ejemplo, un plan para acudir y observar clases de todos, para plantear puntos de mejora. Es habitual en los profesores de las escuelas de negocios.

9 Nuestro principal valor añadido está en los valores que transmitimos, y eso repercute en todo lo demás. Hay que procurar comunicar aún mejor, y de modo más positivo.

10 Discurso positivo, conciliador, razonador, no polemizador, no recriminante. Ver el mundo, y lo moderno, en principio con buenos ojos. Tender puentes, no dar palos.

11 Abrir panoramas y proyectos de vida atractivos, de trabajo bien hecho, de servicio a los demás, de mejorar uno y hacer mejorar el mundo en la medida que uno pueda... cosas a las que apetezca sumarse.

12 Buscamos dar luz a las personas para caminar por la vida. Pero son ellos los que caminan. Nuestra labor de orientación y de ayuda debe buscar que cada uno se enfrente con sus propias responsabilidades.

13 El principal educador de cualquier persona es uno mismo. Poner a cada uno frente a esa realidad: debe llevar la batuta de la propia vida.

14 No queremos llevar a nadie a remolque a ningún sitio, sino que queremos que vayan por su propio pie a donde crean que deben ir.

15 “El cristiano sabe cuándo es tiempo de hablar de Dios y cuando es oportuno callar sobre Él, dejando que hable sólo el amor. Sabe que Dios es amor y que se hace presente justo en los momentos en que no se hace más que amar.” (Benedicto XVI, Deus caritas est, n. 31). No pasarse de pesados ni de descomprometidos.

16 Hablar pensando en los estereotipos con que nos ven o nos escuchan. Por ejemplo, un poco exagerados.

17 Proponerse que no quede nunca nadie mal. Que todo el que tenga contacto con nosotros quede contento y agradecido.

18 Razonar las cosas de modo que resistan en un medio adverso. A veces nuestras argumentaciones son tan ingenuas que nos engullen al primer paso.

19 Todo lo que no es presentable es impresentable. Lo que no quieras que se sepa, ni lo pienses. Lo que no sepas explicar, mejor no hacerlo.

20 Hay cualidades con las que se nace. Esas ya las tenemos. Lo peor es no advertir las que no las tenemos.

21 Ilusionarse con mejorar nuestro discurso.

22 ¿Le es fácil a otros disentir de nuestras opiniones? ¿Nos interesa la opinión de los demás, o sólo para ver como rebatirla e imponer la nuestra?

23 ¿Escuchamos dispuestos a cambiar de opinión, deseando enriquecernos con las aportaciones de otros?

24 Ojo a los excesos de evidencias y de rotundidad.

25 No encastillarse en la larga experiencia propia. Regla de San Benito: “Muchas veces revela Dios lo mejor al más joven”.

26 Procurar no enfadarse, no dejar gente herida, que aunque tengamos motivos para enfadarnos, suele ser peor.

27 Apuntar ideas, invitar a la reflexión, no dejar todo demasiado cerrado.

28 Fraccionar el camino, para que no parezca inasequible.

29 Afinar el tiro. Pensar bien en qué cosas hay que quemarse y en cuáles no merece la pena. Que sea por convencimiento y no por terquedad.

30 Detectar esos prejuicios que limitan nuestro conocimiento de las realidades y de las personas.

31 Hay mucho talento improductivo por falta de cultivo de la capacidad de comunicación. Ayudar a la gente a descubrir su talento y a superar sus defectos.

32 No entrar demasiado fuerte sin tantear antes el terreno. No tener miedo a decir que no tenemos opinión y necesitamos pensarlo.

33 No declarar mucho sin antes saber qué terreno se pisa.

34 La tecnología puede ayudar a la propia formación: para documentarse mejor, para transmitir mejor, para comunicarse mejor. Dedicar tiempo, esfuerzo y tecnología a la tarea de organizarse.

35 Repasar de vez en cuando la eficacia de la formación. Hay muchas ineficiencias en la formación que hay que descubrir antes de que sea tarde.

Descubrir lo que necesita cada uno. No etiquetar, no precipitarse, no simplificar.

37 Conjugar lo exhortativo con la profundidad en los temas. Cualquier cambio en la vida de una persona parte siempre de la comprensión más profunda de una verdad. Hay que dar en el clavo de lo que necesita cada uno.

38 Unidad de vida en la formación. Sentido crítico hacia la propia forma de formar. Sentido de la medida y de la proporción.

39 Saber qué piensa cada uno, qué le mueve, qué le interpela: buscar feedback. Aprender de la experiencia. De pequeños detalles a los que hay que conceder importancia.

40 Dirigirse a la cabeza y al corazón. Una buena educación ha de ayudar, en lo posible, a disfrutar haciendo el bien y sentir disgusto haciendo el mal.

41 Muchas veces la gente es bastante mejor de lo que quiere aparentar.

42 Hacer atractiva la virtud. No basta con dar la doctrina muy clara, incluso con argumentos tumbativos, hace falta hacer amable la virtud, mostrar el atractivo del vivir cristiano.

43 Crear un ambiente en el que cada uno piense con naturalidad en los demás

44 Formarse. Para ser buen médico no basta con haber visto muchas veces mucho tiempo a muchos pacientes. Para formar bien a la gente no basta tener muchos años de experiencia. Hay que leer, pensar, escuchar, preguntar, dudar, investigar...

45 Tampoco basta simplemente con hacer lo que hicieron con nosotros. El mundo ha cambiado bastante.

46 Corren algunos vientos que parecen suaves pero son peligrosos y quizá pasan un poco inadvertidos y por eso los minusvaloramos.

47 No dejarse engañar por la seductora idea de que “no me da la vida para más”.

48 Leer: las buenas ideas propias suelen nacer al leer o escuchar buenas ideas de otros. Dar cosas a leer, y luego comentarlas de modo muy participativo y abierto. Transmitir cuanto antes el gusanillo de la lectura.

49 No ser simples ni rapidillos. No basta cazar al vuelo algunas ideas y repetirlas de vez en cuando.

50 O sabemos mucho o seremos unos ingenuos fácilmente manipulables.

51 Engranar unas cosas con otras. Saber total: historia, filosofía, literatura, ciencias, política… visión global e interdisciplinar. Fe que hace cultura.

52 Si lo que decimos no integra las cuestiones vivas del día a día, los avances serán muy lentos. No vale saber mucho pero no saber responder a los tópicos que circulan a nuestro alrededor.

53 Entrar a los temas. Tienen derecho a hacernos preguntas difíciles.

54 No eludir los temas más difíciles. La duda es uno de los grandes motores de la ciencia y de la sabiduría. Tenemos que aspirar a poder salir airosos de cualquier cuestión que nos planteen.

55 Triángulo de confianza: Padres – centro educativo Centro educativo (profesor / preceptor) – chico Padres – hijo Centro educativo (profesor / preceptor) – Chico Padres

56 Escuchar y compartir: eso es lo que transmite interés, aprecio, comprensión, alivio. No precipitarse, las cosas son siempre son tan sencillas.

57 Hacerse cargo. Todos tenemos prejuicios y clichés sobre las personas y las ideas, que podríamos superar si escucháramos con más interés. Dejar y hacer hablar. Situarse bien. Si no, es difícil acertar.

58 Demostrar, con nuestro modo de hablar de lo sobrenatural, que la fe es fuente de alegría, de dicha y de entusiasmo. Sería muy negativo tener un aire hastiado y desagradable cuando se habla de Dios.

59 Debemos hablar de Dios de modo grato y atractivo, no reiterativo y tedioso. La realidad de Dios es algo que hay que hacerles descubrir y querer, no un instrumento con el que golpearles en la cabeza.

60 La realidad no es como nos gustaría que fuera. Ha cambiado el escenario de juego y ya no funciona igual lo que siempre ha funcionado.

61 No imitar tontamente, pero sí aprender de todos. Todos tienen algo que enseñarnos.

62 Aprender sobre todo de los mejores, también de los que tienen algunas o bastantes ideas equivocadas. Procurar tratar con gente de más nivel que nosotros, con esos que después de hablar con ellos uno sale con la idea de que tiene que leer y aprender y saber mucho más. No acomodarse a tratar con aquellos a los que "podemos”.