En el seguimiento de Jesús
Porque quiero vivir en tu seguimiento, he sabido, Jesús, que:
La vida sólo se pierde cuando no se entrega a una causa justa;
En la fidelidad de la persona a sí misma es donde mejor llega a saber que Dios le ama;
En el cumplimiento de la misión recibida la existencia se hace fecunda para muchos;
En la confianza y abandono en las manos del Padre tenemos todos asegurado nuestro futuro más pleno;
No hay fracaso (según los criterios del mundo) que no esté repleto de frutos (según los criterios del Reino);
En la renuncia a todo poder que impone y avasalla florece la autoridad que libera y unifica;
En el gozo de las cosas pequeñas de la vida aprendemos a no necesitar nada extraordinario, espectacular ni grandioso;
En la actitud constante de acción de gracias llegamos a descubrir que hemos recibido más, mucho más, de cuanto necesitamos
para que nuestras vidas sean hermosas y fecundas, ante Dios y para los hombres.
En el seguimiento de Jesús Porque quiero vivir en tu seguimiento, he sabido, Jesús: Que la vida sólo se pierde cuando no se entrega a una causa justa; Que en la fidelidad de la persona a sí misma es donde mejor llega a saber que Dios le ama; Que en el cumplimiento de la misión recibida la existencia del humano se hace fecunda para muchos; Que en la confianza y abandono en las manos del Padre tenemos todos asegurado nuestro futuro más pleno; Que no hay fracaso (según los criterios del mundo) que no esté repleto de frutos (según los criterios del Reino); Que en la renuncia a todo poder que impone y avasalla florece la autoridad que libera y unifica; Que en el gozo de las cosas pequeñas de la vida aprendemos a no necesitar nada extraordinario, espectacular ni grandioso; Que en la actitud constante de acción de gracias llegamos a descubrir que hemos recibido más, mucho más, de cuanto necesitamos para que nuestras vidas sean hermosas y fecundas, ante Dios y para los hombres. Antonio López Baeza