La Espiritualidad de la acción Misionera Salvador Valadez Fuentes

III. CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DEL TALANTE ESPIRITUAL DEL APÓSTOL (MISIONERO)

 3. Parresía No existe en el español una palabra que traduzca el término parresía, el cual encierra una gran riqueza conceptual. De acuerdo a su uso en el libro de los Hechos de los Apóstoles, podría traducirse entre otras cosas como: entusiasmo incontenible, valentía, libertad, paciencia, alegría, optimismo, creatividad, osadía, etc.

 3. Parresía Tales son algunas de las características de los primeros evangelizadores: anuncian a Jesucristo con valentía y libertad, con alegría y con un entusiasmo incontenible, nacido de su profunda experiencia del Señor Jesús y del fuego del Espíritu que llevan en su corazón.

 3. Parresía Son muchos los testimonios de parresía que encontramos a los largo del libro de los Hechos de los Apóstoles: -“No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (4, 20) -“y Saulo comenzó a convivir con ellos en Jerusalén, predicando con valentía (9, 28) -“Pablo y Bernabé, permanecieron bastante tiempo allí. Predicaban sin miedo… (14, 3) -“Mientras pasaban por las ciudades, proclamaban con toda libertad al Señor Jesucristo” (16, 4)

 3. Parresía Otra muestra patente de parresía que caracterizó a los primeros evangelizadores es que sufren con paciencia y aun con gozo a las adversidades. Consideran un honor inmerecido el poder sufrir por Cristo persecuciones, cárcel, azotes y aún la muerte. “Ellos salieron del Sanedrín muy gozosos por haber sido considerados dignos de sufrir por el Nombre de Jesús” (Hch 85, 41) “Gracias al Espíritu que actúa en ellos, los apóstoles (misioneros) anuncian la palabra de Dios llenos del Espíritu Santo, con una fuerza irresistible” (Rm 15, 18; 1 Co 2, 4)

 3. Parresía El evangelio no puede ser presentado a los hombres y mujeres de hoy con simples explicaciones teóricas o con argumentos apologéticos, sino sobre todo con gestos y actitudes de vida y santidad que expresen la propia experiencia de Dios: una experiencia de diálogo, de alegría y de esperanza.

 3. Parresía Los números 24 y 25 del Decreto Ad gentes hacen esbozo del perfil espiritual del misionero. Aquí resaltamos algunos rasgos de la espiritualidad que debe de tener, hoy en día, toda comunidad eclesial y todo misionero: a. Valentía-Libertad-Confianza La Misión Continental exige de cada comunidad eclesial y de cada bautizado “salir de nuestra conciencia aislada y lanzarnos con valentía y confianza (parresía) a la misión de la Iglesia”. (DA 363)

3. Parresía b. Entusiasmo-“ardor misionero” La maduración en el seguimiento de Jesús y la pasión por anunciarlo requiere que la Iglesia en particular se renueve constantemente en su vida y ardor misionero. Sólo así puede ser para todos los bautizados, casa y escuela de comunión, de participación y solidaridad. (DA 167).

3. Parresía c. Optimismo-esperanza En medio de tantos obstáculos, el misionero necesita saber “esperar contra toda esperanza” (Rm 4, 18). Sólo así podrá transformar las dificultades en nuevas oportunidades de evangelización.

 3. Parresía d. Alegría Es una señal inconfundible de auténtica caridad pastoral. El gozo del apóstol forma parte del mismo anuncio evangélico: Conservemos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar con lágrimas. (EN 80; DA 17).

3. Parresía e. Audacia-Creatividad la situación actual exige creatividad, audacia y mayor generosidad para abrir nuevas rutas a la evangelización: “La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales. (DA 11)

 3. Parresía Ahora bien, para convertirnos en una Iglesia llena de ímpetu y audacia evangelizadora, tenemos que ser de nuevo evangelizadores y fieles discípulos. (DA 549).

Conclusión La Misión Continental, a la que hemos sido enviados en Aparecida, sólo podrá hacerse realidad y “ser permanente y profunda” en la medida que “nazca, prenda” en el corazón de cada apóstol-misionero y de cada comunidad eclesial. No se podrá realizar por un “decreto” oficial, sino por la acogida gozosa del llamado y reenvío del Señor de la Viña en el encuentro personal con Él.

3. Parresía REFLEXIÓN PERSONAL Y COMUNITARIA Leer los siguientes textos: AG 25; DA 14, 362 Para el diálogo: ¿Qué rasgos de los arriba mencionados vemos ya plasmados en nuestra comunidad eclesial? ¿Qué rasgos urge rescatar y cómo podemos lograrlo?

3. Parresía Para la reflexión personal: Elaborar mi propio “perfil espiritual” en cuanto misionero/a. ¿Cómo me veo a mí mismo/a? ¿Qué rasgos necesito cultivar para ser un/a mejor misionero/a? ¿Cómo lo haré?