Bioética La bioética, literalmente ética de la vida, supone los conocimientos propios derivados de la filosofía moral y puede definirse como el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y de la atención a la salud, examinando esta conducta a la luz de los valores y de los principios morales.

Bioética, medicina hipocrática. Incluye preceptos verdaderamente morales, evitar dañar, guardar la confidencialidad, prohibiciones respecto al aborto o la eutanasia, exhorta al médico a llevar una vida virtuosa. El aspecto más importante era cultivar las virtudes como medio para lograr la perfección.

El primer cambio ¿que fue realmente lo que ocasionó el cambio? Veinticinco siglos de medicina hipocrática de pronto son sacudidos hasta sus cimientos. El pensamiento de filósofos como descartes, Kant, Locke, Mill, entre otros hicieron dudar acerca de los fundamentos morales tradicionales de la sociedad en general y de la medicina en particular, haciendo necesarios nuevos modelos para la enseñanza y práctica de la ética médica. el surgimiento de la bioética como tal ocurre bien enterado el siglo pasado y nace desde diferentes puntos de partida. Por un lado, la obtención de nuevos recursos terapéuticos como la anestesia o los antibióticos, entre muchos otros.

Corrientes de pensamiento. La bioética basada en principios La tecnificación de la medicina, el incremento en los recursos diagnostico-terapéuticos, la nueva economía de mercado, el desarrollo de las democracias, y al mismo tiempo la socialización de la medicina, llevaron todos juntos la necesidad de buscar alternativas ante el peligro de confundir la ética con el derecho, la economía o la política. corrientes filosóficas: Los resumieron en cuatro: no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia.

La ética basada en principios resulto ser atractiva por varias razones: en primer lugar reduce la vaguedad y subjetividad que era típica de los debates cuando se discutía la ética hipocrática, permite una manera ordenada de hacer las discusiones, provee orientaciones bastante específicas para actuar y es fácil encontrar la confrontación de principios en asuntos tan de actualidad como el aborto, la eutanasia, el acceso de recursos terapéuticos, etcétera.

Sin embargo, es posible apreciar las limitaciones del sistema de obligaciones prima facie. Las dificultades de aplicar principios abstractos a hechos concretos, la subjetividad que puede haber si no hay un ordenamiento jerárquico de los mismos principios y la falta de un principio que determine si lo que prevalece es apropiado. De esta forma, surgen opositores y críticos de esta corriente; la ética de principios exige una sabiduría moral para realizar los juicios, algo que la misma ética filosófica está encargada de enseñar.

La corriente personalista El modelo personalista pone la atención en la fundamentación moral de la persona. Se reconoce la dignidad del hombre por su esencia y no solo por su capacidad de ejercer su autonomía. El personalismo acepta la invisibilidad del hombre como una unidad física, psíquica y espiritual, desde el momento de la concepción y hasta la muerte. Se fundamenta sólidamente en las corrientes de pensamientos naturalistas y por esa razón es que existen muchos pensadores cristianos que comparten esta corriente de pensamiento.

El análisis personalista se sintetiza en cinco principios: El valor de la corporeidad. El cuerpo es parte de la unidad visible, y además el sitio de manifestación y comunicación con las demás personas. El valor de la vida física. El derecho a la vida es el primer derecho, sin el cual los demás no tienen ningún sentido El principio socializad/subsidiariedad. Implica la necesidad que tiene la persona de ayudar a los demás, reconociendo entre sí la misma dignidad para todos.

El principio de la libertad El principio de la libertad. Como consecuencia de su reconocimiento como persona la libertad es un requisito indispensable para la actuación responsable como seres humanos y al mismo tiempo es un derecho que obliga a los demás al respeto del otro. Esta situación de la relación entre personas es llevada a la relación médico-paciente. El principio de la totalidad. El todo es más que cada una de sus partes e incluso más que la suma de todas ellas. La aplicación de una terapia está en función del todo y cualquier parte estará subordinada al bien de la unidad total.

La casuística Esta opción ha sido ampliamente utilizada por el derecho, especialmente en los países anglosajones, toda vez que es concreta y singular, es decir pretende resolver el caso en conflicto en forma concentrada. No niega los principios éticos, solo que no los acepta como absolutos.

El futuro No olvidemos que la bioética es mucho más que la ética médica. ¿Cómo hacerla sólida filosóficamente y al mismo tiempo comprensible tanto como para médicos y demás personal de la salud, quienes definitivamente tienen una responsabilidad moral con la vida y la salud de los demás seres humanos y en general con todo lo creado? Es difícil aceptar este reto, mientras que cada vez estamos sumergidos en una sociedad relativista y hedonista, los problemas éticos del desarrollo científico-tecnológico aumentan, las injusticias se perpetúan o en muchas ocasiones crecen.

Pretender la hegemonía cultural de la moral parece una utopía. Queda claro la necesidad de volver la vista al humanismo que lamentablemente habíamos olvidado ante el embate de la modernidad; de nosotros depende enfrentar el reto y luchar por lograr un futuro más promisorio, más esperanzador.

Bioética y la sociedad Una sociedad se construye sobre la base social, sobre lo que las personas construyen de su propia realidad inmediata, por lo menos en un principio. Esta construcción hace posible una idea, o ideal, de cultura. La bioética trasciende a la misma sociedad (local o global), se inserta en ella misma y penetra todos los estamentos que la constituyen. "cada sociedad posee una ética que le es propia y que se difunde por todos sus mecanismos de socialización, sobre la que, científicamente no pueden emitirse juicios de valor, sino interpretarse tal como es, a fin de intentar establecer las causas del comportamiento".

Es decir, aunque existan criterios universales, la localidad y la construcción sobre lo que es permitido y no, se puede ver confrontada con los de la sociedad que globaliza su cultura, que exige romper los lazos del pueblo con su territorio. Ergo, somos según de donde procedemos, pero ha de resaltarse que eso no me hace ajena a los criterios que puedan regir otras sociedades. La bioética y la sociedad están muy relacionadas ya que se necesita dar forma a una ética racional que pueda satisfacer las exigencias de una sociedad democrática. Las reglas cambian dependiendo del lugar en donde se estén ejerciendo, pero el valor moral debe ser el mismo ante ciertas decisiones mucho mas en el ámbito de la medicina.

Existen algunas normas comunes a todas las sociedades, por ejemplo, la prohibición del incesto, la mentira, causar la muerte a otro ser humano (ojala algún día, el inflingir dolor innecesario a los animales no-humanos). Que la prohibición al maltrato animal sea mas que una norma sino mas bien un compromiso moral.