Una Sociedad Militarizada ESPARTA Una Sociedad Militarizada

Esparta Esparta está situada al sur de Grecia, en el valle de Laconia, en el Peloponeso. La ciudad fue fundada en el siglo X a.c. por los dorios que posteriormente conquistaron el valle de Mesenia y dominaron a su población. Hasta el siglo VII a.c., la ciudad como el resto de las polis griegas participó en la colonización, desarrolló la artesanía, la música y la poesía. Pero, a partir del siglo VI a.c. Esparta se encierra en sí misma, decae el comercio y se convierte en una sociedad militarizada. Esparta tuvo un régimen de gobierno oligárquico, porque la minoría gobernaba a la mayoría por la fuerza. Un reducido número de ciudadanos tomaba las decisiones fundamentales.

Como vivían los espartanos La sociedad espartana se organizó de acuerdo a la conquista y a la situación creada a partir del siglo VI a.c. Fue una sociedad rígida porque mantuvo siempre las mismas características. Los espartanos descendientes de los conquistadores dorios eran los únicos que tenían derechos políticos y se consideraban iguales ante el rey. Recibían un lote de tierras en las llanuras fértiles de Mesenia y Laconia, llamada “tierra cívica”, propiedad del Estado. El espartano debía dedicar toda su vida a la guerra y servir al Estado, y no podía ejercer otra actividad u oficio En el siglo VI a.c. eran aproximadamente 9000, (25,000 contando los miembros de sus familias), en una población estimada de 375,000 habitantes.

La educación espartana El fin de la educación espartana era formar soldados obedientes, valientes e invencibles. La educación espartana, agogé, sistema educativo introducido a partir de Licurgo, se caracteriza por ser obligatoria, colectiva, pública y destinada en principio a los hijos de los ciudadanos, aunque parece que en ocasiones se debió admitir a ilotas o periecos. La educación espartana estaba enfocada principalmente a la guerra y el honor, hasta tal punto que las madres espartanas decían a sus hijos al partir hacia la guerra: "Vuelve con el escudo o encima de él", en referencia a que mantuviesen el honor y no se rindiesen nunca aunque con ello perdieran la vida. Esparta practicaba una rígida eugenesia. Nada más al nacer, el niño espartano era examinado por una comisión de ancianos en el Pórtico, para determinar si era hermoso y bien formado. En caso contrario se le consideraba una boca inútil y una carga para la ciudad. En consecuencia, se le conducía al Apótetas, lugar de abandono, al pie del monte Taigeto, donde se le arrojaba a un barranco. De ser aprobado, le asignaban uno de los 9.000 lotes de tierra disponibles para los ciudadanos y lo confiaban a su familia para que lo criara, siempre con miras a endurecerlo y prepararlo para su futura vida de soldado.

A los siete años, se arrancaba a los niños de su entorno familiar y pasaban a vivir en grupo, bajo el control de un magistrado especial, en condiciones paramilitares. A partir de entonces, y hasta los veinte años, la educación se caracterizaba por su extrema dureza, encaminada a crear soldados obedientes, eficaces y apegados al bien de la ciudad, más que a su propio bienestar o a su gloria personal. Se les acostumbraba a soportar el frío, el cansancio, el dolor y hambre, se les fuerza a buscarse su propio sustento mediante el robo. Antes de ser admitidos como soldados, los jóvenes debían pasar una año viviendo solos al aire libre en el campo. Tenían que robar sus propios alimentos y “cazar” a un iliota -siervo del estado-. Se les enseñaba a escribir y leer lo mínimo, en cambio, la música tenía gran importancia porque animaba el espíritu y servía de acompañamiento durante el combate. La educación física era la base del entrenamiento; para fortificar el cuerpo practicaban la carrera, el salto, lanzamiento de disco y jabalina; paralelamente aprendían el manejo de las armas. Por lo que a la educación de las niñas se refiere, se encaminaba a crear madres fuertes y sanas, aptas para engendrar hijos vigorosos. Por ello, insistía igualmente en la educación física, así como en la represión sistemática de los sentimientos personales en aras del bien de la ciudad.

Derechos de los Espartanos La mujer Espartana Las jóvenes espartanas recibían educación física y las adiestraban para correr y para la vida al aire libre. Se pretendía fortificar sus cuerpos para que fuesen buenas madres y pudiesen engendrar hijos sanos. Tenían más libertades que el resto de las mujeres griegas; ejercían la autoridad en la familia, administraban los bienes familiares y se ocupaban de los negocios mientras sus esposos estaban en guerra. Derechos de los Espartanos A los 30 años, los espartanos eran ciudadanos. En las familias espartanas, sólo el primogénito era ciudadano y heredaba el lote de tierra que le entregaba el Estado para su manutención junto con los siervos –ilotas- que la trabajaban. Con lo obtenido tenían que aportar obligatoriamente a las comidas comunitarias. También podían poseer tierras en las zonas menos fértiles –perioikis- donde la tierra se podía comprar y vender. Algunos ciudadanos perdían su condición por no cumplir con sus obligaciones, por ejemplo abandonar el campo de batalla durante el combate.

Como se gobernaban Todos los ciudadanos podían participar de la Asamblea -Apella-, que se reunía una vez por mes. La Asamblea no tenía poder de decisión ni podía proponer proyectos de ley. Sólo ratificaban las medidas que le proponían. Elegían por aclamación a los éforos y a los miembros del Consejo (También llamado Gerusía). Los éforos eran los magistrados más importantes. Eran cinco y duraban un año en sus funciones. Vigilaban a todos los pobladores, interpretaban leyes -que eran tradiciones no escritas-, juzgaban en algunos casos y recibían embajadas extranjeras. A los 60 años terminaba el servicio militar; algunos espartanos podían ser elegidos para integrar el Consejo de Ancianos o Gerusía. La Gerusía estaba compuesta por 28 ancianos mayores de 60 años. El cargo era vitalicio. Se encargaban del control de la política exterior y de juzgar en los procesos importantes, por ejemplo el homicidio. Esparta tenía además, 2 reyes con funciones militares y religiosas. Su cargo era vitalicio y hereditario. En el fondo se ve a Licurgo: Licurgo fue un legendario legislador de Esparta, el cual estableció la reforma militarista de la sociedad espartana de acuerdo con el Oráculo de Delfos. Todas las leyes y la constitución de Esparta se atribuyen a Licurgo. Según la tradición, fue de estirpe real y regente de Esparta.

Otros integrantes de la sociedad espartana En una situación inferior a los espartanos se encontraban los periecos, eran aproximadamente 100.000. Eran hombres libres que carecían de derechos políticos. Debían pagar impuestos y servir al ejército. Podían poseer tierras en la perioikis (zona montañosa que rodeaba las tierras fértiles); dedicarse al comercio o ser artesanos, hacían los uniformes para el ejército y fabricaban armas. Tenían prohibido casarse con mujeres espartanas. La mayoría de la población la constituían los iliotas, aproximadamente 250 000, que eran los descendientes de los grupos que se habían opuesto con mayor fuerza al dominio de los dorios. Fueron reducidos a la condición de Siervos del Estado y trabajaban para los espartanos en la tierra cívica. Nacían y morían en el mismo lugar, no pudiendo abandonar nunca la tierra. Para algunos autores, estaban en una posición superior a la de los esclavos pues podían tener una familia, vivir en una casa asilada y debían un tributo fijo al espartano, lo que le permitía quedarse con parte de lo producido. No tenían ningún derecho, ni protección legal, pudiendo ser cazados por los jóvenes espartanos cuando hacían el adiestramiento militar.

El valor de los espartanos En uno de los encuentros más importantes, la batalla de las termópilas, los espartanos fueron derrotados por la traición de uno de los suyos. Los 300 soldados espartanos, al mando de Leónidas, habían sido seleccionados entre los hombres maduros, padres de familia, con el objetivo de que no se extinguiese ninguna familia espartana. Perecieron casi hasta el último, cuando fueron rodeados en el valle de las termópilas y arrollados por una lluvia de 100 000 proyectiles persas incluyendo lanzas, flechas y espadas. En este encuentro los 300 espartanos frenaron el avance persa de 10 000 hombres, causando más de 5 000 bajas en 3 días. En las tumbas de estos héroes se grabó : Viajero: Si vas para Esparta, dile a los espartanos que aquí yacen sus hijos, caídos en el cumplimiento de su deber.

Los espartanos deben ser sanos y fuertes Para probar la constitución de los recién nacidos, las comadronas con agua sino con vino, porque los que son débiles y enfermizos, no pudiendo resistir la fuerza de este licor, caen en el marasmo y mueren; pero si son de una complexión sana, el vino les da un temple más fuerte y el cuerpo se endurece. Los acostumbraban a no ser delicados con los alimentos, a contarse con los manjares más sencillos y a no asustarse ni de la oscuridad ni de la soledad; a no gritar, llorar, ni tener mal humor, signos de toda cobardía.

Formaciones de combate Lo que llevó a los espartanos a ser un pueblo tan exitoso a la hora de el combate fue su disciplina, entrenamiento y sus formaciones de combate: “La fortaleza de un espartano es el espartano que tiene a su lado”.

“El Muro”

“La Tortuga”

Las Armas de los espartanos

FIN

Hecho por: Bruno Gallo Pedro Vázquez Juan Manuel Passadore José María Gaynicotche Diego Maciel