Miastenia Gravis La miastenia grave, también llamada Miastenia Gravis, es una enfermedad autoinmune: es decir, provocada por un fallo del sistema inmunitario. En este caso, el sistema inmune produce anticuerpos que bloquean y modifican las señales nerviosas que deben llegar a los músculos esqueléticos. Con la miastenia grave, de este modo, la persona sufre el debilitamiento de ciertos músculos voluntarios.
Las característica principal de la Miastenia Gravis es una debilidad muscular que aumenta durante los períodos de actividad y disminuye después de períodos de descanso. Ciertos músculos, tales como los que controlan el movimiento de los ojos y los párpados, la expresión facial, el masticar, el habla y el deglutir (tragar) a menudo se ven afectados por este trastorno. Los músculos que controlan la respiración y los movimientos del cuello y de las extremidades también pueden verse afectados.
Las siguientes terapias: Medicamentos que ayuden a mejorar la transmisión neuromuscular y aumentar la fuerza muscular ; Medicamentos que mejoren la fuerza muscular suprimiendo la producción de anticuerpos anormales; Una timectomía, la extirpación quirúrgica del timo (una glándula que ocasionalmente es anormal en pacientes con miastenia gravis); Una plasmaféresis, mediante la cuál los anticuerpos anormales son eliminados de la sangre y las células son reemplazadas; Una inmunoglobulina administrada por vía intravenosa, la cuál afecta el sistema inmunológico adicionando anticuerpos provenientes de sangre donada.
El plan de cuidados de enfermería varía dependiendo de la etapa en la que el paciente miasténico se encuentre. Por lo regular se trata como un paciente externo a menos que se requiera hospitalización para las pruebas diagnósticas o para tratar síntomas o complicaciones. el paciente miasténico en su mayoría requiere de un tratamiento ambulatorio prolongado, es insistir constantemente sobre la medicación, la importancia de las dosis, del cumplimiento de horarios y saber identificar los efectos secundarios de la medicación.