Tema 2 SINODALIDAD, CAMINAR JUNTOS COMO EXPRESIÓN DE COMUNIÓN

Objetivo específico Caminar juntos con Jesús durante esta Cuaresma para tener una experiencia de sinodalidad.

Canto “Por el camino de Emaús” o “Somos un pueblo que camina”. Somos un pueblo que camina, y juntos caminando podremos alcanzar otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad. que marcha por el mundo buscando otra ciudad. Somos errantes peregrinos en busca de un destino, destino de unidad. Siempre seremos caminantes, pues sólo caminando podremos alcanzar

Oración inicial Amado y bondadoso Dios, permite que tu Espíritu nos acompañe en esta Cuaresma. Escucha nuestra plegaria, y aumenta en nosotros el deseo de ser seguidores de tu Hijo, Jesús. Ayúdanos a acrecentar nuestra fe, al hacer uso de las oportunidades que nos ofrece nuestra Iglesia para moldear una sociedad respetuosa de la vida, la dignidad y los derechos de la persona humana, especialmente del pobre y del vulnerable. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos, Amén.

I. VER CON LOS OJOS DEL PADRE

Se establece un círculo vicioso: la violencia acaba con la vida comunitaria y cuando esto sucede, se propicia la violencia. Si se quiere romper este ciclo perverso es necesario fortalecer la vida en comunidad.

“La comunidad es la primera víctima de la violencia, la percepción de inseguridad y de miedo llevan a las personas a buscar espacios seguros refugiándose en sus propias casas, aislándose, encerrándose en el individualismo y en la desconfianza, en el enojo, en el resentimiento y en el deseo de venganza.

II. JUZGAR CON LOS CRITERIOS DEL HIJO

Ya desde sus orígenes, la Iglesia fue identificada por los primeros cristianos con el término “comunión”, es decir, el conjunto de relaciones nuevas que enlazan a los discípulos de Jesús con Dios, en Cristo, y a los creyentes entre sí.

Comunión que se nos ha revelado como iniciativa del Padre, fundamentada en Cristo y en el Espíritu Santo.

Resultado no de la voluntad de los hombres que se asocian por propia conveniencia, por interés, complicidad o amistad, sino por la acogida incondicional de lo que es sólo don que viene de lo alto, de la voluntad del Padre que quiere participar a los hombres la vida de su Hijo y hacerlos solidarios entre ellos.

III. ACTUAR BAJO EL IMPULSO DEL ESPÍRITU SANTO

En la experiencia individual y comunitaria siempre nos vamos a encontrar con situaciones nuevas, con nuevos retos, con nuevas exigencias evangélicas que nos piden una respuesta personal y comunitaria.

La exigencia del tiempo presente es vivir la sinodalidad, crear un estilo de vida basado en la sinodalidad –experiencia de comunión-, de hecho, se dice: “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio” (Papa Francisco).

ORACIÓN FINAL Padre de amor, Tú nos has llamado a la unión con tu Hijo y nos has pedido que demos fruto con nuestro testimonio del Evangelio. Por la gracia de tu Espíritu, haznos capaces de amarnos los unos a los otros y de permanecer en la unidad para que nuestra alegría sea completa. Amén