“Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo” (Daniel 7:25

La ley de Dios es el elemento más visible y más concreto de la religión bíblica. Y sin embargo, es el aspecto más polémico y controvertido. Por lo tanto, es en la ley, y más específicamente, en el sábado, que la fidelidad religiosa fue y será probada.

LA PROMESA “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1). ¿Qué tan abarcante debe ser esta promesa presentada por el apóstol Pablo? Romanos 8: 1 declara que no hay ninguna condenación "para los que están en Cristo Jesús." Esta es una afirmación muy significativa, aún más después de que Pablo ha presentado la realidad de la lucha contra la naturaleza carnal (Romanos 7:15-25) . Esta lucha continúa en la vida del cristiano. Aunque no entendemos completamente, el Espíritu Santo nos ha mostrado, en nuestra vida, lo que Pablo quiere decir. Cuando le entregamos nuestra vida por primera vez a Cristo, temíamos pecar, y cuando lo hicimos, voluntaria o simplemente por accidente, nos turbamos. Pero luego encontramos la promesa de Dios que nos consuela, por lo tanto, no hay condenación para aquellos que están en Cristo Jesús. Por lo tanto, no estar bajo condenación no significa ser perfecto y no pecar más. Todos luchamos contra la carne, así como el apóstol Pablo. La vida perfecta de Cristo se coloca en el lugar de la vida del ser humano. PIENSA: ¿Cómo puede Romanos 8:1 ser una realidad en tu vida?

LA LEY Y EL PECADO ¿Cuál es la relación entre la Ley y el pecado? " ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás” (Romanos 7:7). ¿Cuál es la relación entre la Ley y el pecado? El apóstol es claro al afirmar que la función de la ley es mostrar el pecado en sus colores más reales. Cuando comparamos la vida de cualquier persona con lo que la ley exige, todos inevitablemente no podemos apelar nuestra adhesión a la ley como medio de salvación. Con la excepción de Jesús, todos los seres humanos estarían condenados. A diferencia de la creencia de muchos cristianos, la doctrina de la justificación por la fe no anula ni descarta la ley. La justificación por la fe sólo coloca la ley en su lugar adecuado y en su debido papel. La ley no puede dejarse de lado porque ella continúa con su función de mostrar nuestra necesidad de Cristo y cuál es su plan para nuestra vida. Pero la justificación por la fe nos impide usar la ley y su observancia como causa de nuestra salvación. PIENSA: Tu propia experiencia con el cumplimiento de la Ley ¿te demuestra tu necesidad de la gracia de Dios?

¿DEL SÁBADO AL DOMINGO? “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche” (Hechos 20:7). ¿Cuán probable es que éste y otros versículos que hablan del primer día de la semana, sean prueba suficiente para afirmar el cambio del día de reposo? A lo largo de los siglos, desde la muerte y resurrección de Cristo, la mayoría de los cristianos han llegado a creer que solo el cuarto mandamiento de la ley de Dios ha cambiado. Estas personas pasan por alto dos elementos: primero, que Cristo escogió el séptimo día, que lo bendijo y lo santificó, y no otro de los seis días restantes. En el Antiguo Testamento, Dios escogió el séptimo día como el día de reposo durante la creación (Génesis 2:2, 3). Más tarde, escribió los Diez Mandamientos en tablas de piedra con su dedo, simbolizando con ello su permanencia e inmutabilidad (Éxodo 31: 18; 34: 28; Deuteronomio 5:22; 10:2, 4). Finalmente, los Diez Mandamientos fueron guardados en el arca del pacto, que era el trono de Dios en la tierra (Éxodo 25: 16). Ellos conforman la normativa legal de su reino. Segundo, Cristo muchas veces invirtió parte de su tiempo enseñando cómo guardar el sábado. PIENSA: ¿Qué es lo que te motiva a observar fielmente el día de reposo bíblico?

EL SÉPTIMO DÍA EN EL NUEVO TESTAMENTO "El siguiente día de reposo se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios” (Hechos 13:44). ¿Qué evidencia existe de que los cristianos del nuevo testamento continuaron observando el día sábado? Jesús tenía la costumbre de ir a la sinagoga los sábados (Lucas 4:16), Pablo también (Hechos 13:14, 42-44, 17: 2, 18:4). Además, la guardia del sábado no se restringía a ir a las sinagogas al sábado. Como ya lo mencionamos Cristo enseñó cómo guardar el sábado, no que había que guardar un día diferente. Los líderes judíos habían cargado el sábado con tantas regulaciones, que se había convertido en el peor día de la semana. Con toda seguridad, Cristo no habría invertido todo ese esfuerzo si hubiera sabido que el día iba a ser cambiado pronto en honor de su resurrección. Además, no hay evidencia en las Escrituras de que el domingo haya reemplazado al sábado. Por el contrario, hay pruebas de la continuidad del sábado como el día de descanso de Dios. PIENSA: ¿De qué manera amable y no condenatoria puedes dar testimonio del sábado a los que observan el domingo?

EL INTENTO DE CAMBIAR EL DÍA DE REPOSO “Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo” (Daniel 7:25). ¿Qué nos dice este versículo acerca del origen del intento de cambiar el día de reposo? El cambio espurio en los tiempos y en la ley de Dios ya estaba prevista en Daniel 7:23-25. Este tema es ampliado en el libro del Apocalipsis, que dice que el remanente guarda los mandamientos de Dios (Apocalipsis 12:17; 14:12). «Ellos (los católicos) alegan que el sábado se cambió al domingo, día del Señor, contrario al Decálogo ... Se necesita tener el poder de la Iglesia y ser muy grande, ya que ha destruido el precepto del Decálogo». ¡En otras palabras, la Iglesia Católica Romana afirmó haber cambiado el Día del Señor del séptimo día al domingo! (The Augsburg Confession, art. 28, sec. 33). Frente a este intento de cambiar la ley de Dios, la única posición segura es regresar al claro mandato de Dios: “Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios” (Éxodo 20:8-10). PIENSA: ¿De que manera la observancia del sábado será decisivo en esta crisis final sobre la adoración, en el tiempo del fin?

“En el cuarto Mandamiento, Dios es revelado como el Creador de los cielos y de la Tierra y, por tanto, distinto de todos los dioses falsos. Como monumento conmemorativo de la obra de la Creación, el séptimo día fue santificado como día de reposo para el hombre. Estaba destinado a recordar siempre a los hombres que el Dios viviente es fuente de toda existencia, y objeto de reverencia y adoración. Satanás se esfuerza por disuadir a los hombres de someterse a Dios y obedecer su Ley; por tanto, dirige sus esfuerzos especialmente contra el Mandamiento que presenta a Dios como el Creador” (El conflicto de los siglos, p. 51).