Catequesis Bíblica (2) 07- EL CAMINO PARA ACOGER ACTIVAMENTE LA GRACIA DEL DISCIPULADO
La ignorancia de la Escritura y del dinamismo de la fe es asombrosa. Hoy, seguimos entrampados en devociones y valores, sin atrevemos a poner como fundamento de todo, la palabra de Dios.
de la incredulidad a la fe. El discípulo está llamado a pasar continuamente de la incredulidad a la fe. Es una travesía larga y, en ocasiones, dolorosa.
Tomás, el que había propuesto ir con Jesús a la muerte, tenía todavía una fe muy incipiente. También huyó cuando llegó el momento de la verdad.
El paso por la incredulidad forma parte del nacimiento a una fe auténtica, a una vida apostólica.
Si ese fue el camino de los Doce… ¿Por qué nos cuenta entender que la fe gana en quilates a través del crisol de la crisis? Si ese fue el camino de los Doce…
Quienes tienen miedo a la crisis, jamás alcanzarán esa fe que mueve montañas.
El discipulado, no se caracteriza en primer lugar por la vivencia de unos valores o por ser consecuente con unas creencias.
El discipulado nace del encuentro con una persona, con un «tú» a quien se le da plena autoridad en la vida concreta.
Ha encontrado el camino, el tesoro, la perla preciosa. El discípulo según el cuarto evangelio, seducido por una persona viva (es una experiencia vital) se pone a caminar con él y tras sus huellas. Ha encontrado el camino, el tesoro, la perla preciosa.
El ser del discípulo en el cuarto evangelio se revela con hondura en la metáfora de la Vid y los sarmientos. El discípulo, está llamado a producir fruto abundante.
“Permanecer” Es la palabra clave que identifica al discípulo creyente de quien no lo es.
La dimensión mística de la existencia del discípulo es determinante para comprender la identidad y futuro del ser humano.
Texto: Parroquia San León Mágno (Madrid) Música: A Day Without Rain http://www.granosdemaiz.com