Generalmente los niños no nos dan respiro: cuando no es un resfrío, es una tos; cuando se están recuperando de un virus salen a jugar y se golpean la cabeza o lastiman una rodilla… ¡es imposible aburrirse! Pero todos estos pequeños accidentes y malestares cotidianos tienen su razón de ser. Por un lado, los niños son muy curiosos y en su afán por explorar el mundo, les gusta tocar todo, jugar, saltar, trepar a los árboles… esto explica muchos de los golpes en la frente o los raspones en las rodillas. Conocer el mundo que los rodea los ayuda a sumar experiencias, mejorar su motricidad y desarrollar la confianza en sí mismos. Por otro lado, durante la infancia su sistema inmunólogico está en pleno desarrollo… Sólo exponiéndose a los diferentes gérmenes, el cuerpo del niño logra fortalecerse y hacerse más resistente para el futuro. ¡No hay más remedio! Hay que tener paciencia. Todo es parte del crecimiento y muy sano por cierto. Como madres, podemos ayudarlos a transitar esta etapa tan importante apoyándolos y brindándoles rápido confort de manera natural. Déjenme que les cuente cómo lo podemos hacer con los maravillosos productos Just.
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