Adviento, ventana abierta Enrique Martínez, cmf - Con el permiso del Sr. Mingote

Pase de diapositivas manual No sé quién es este señor de la imagen. Pero al ver un cielo vacío, ha cogido su escalera. Pase de diapositivas manual

No sé quién es este señor de la imagen No sé quién es este señor de la imagen. Pero al ver un cielo vacío, ha cogido su escalera. No está gris el cielo. Pero está muy solitario, muy sin vida. Casi tan solitario como este hombre.

No sé quién es este señor de la imagen No sé quién es este señor de la imagen. Pero al ver un cielo vacío, ha cogido su escalera. No está gris el cielo. Pero está muy solitario, muy sin vida. Casi tan solitario como este hombre. Él solo. Con su inquietud y su búsqueda.

No sé quién es este señor de la imagen No sé quién es este señor de la imagen. Pero al ver un cielo vacío, ha cogido su escalera. No está gris el cielo. Pero está muy solitario, muy sin vida. Casi tan solitario como este hombre. Él solo. Con su inquietud y su búsqueda.

Un cielo sin palomas no es cielo. No sé quién es este señor de la imagen. Pero al ver un cielo vacío, ha cogido su escalera. No está gris el cielo. Pero está muy solitario, muy sin vida. Casi tan solitario como este hombre. Él solo. Con su inquietud y su búsqueda. Un cielo sin palomas no es cielo.

La respuesta… tenía que estar ahí, en alguna parte. REFLEXIÓN Tiene que levantarse sobre el suelo, y hacer el esfuerzo de "subir“, siquiera un poco. Desde lo alto puede venirnos lo que echamos en falta. En lo Alto quizá esté la respuesta… Pero algo la tiene "prisionera". Ni siquiera se intuye una ventana. Pero él ha sabido descubrirla, encontrarla. La respuesta… tenía que estar ahí, en alguna parte.

¿Es quizá este hombre un profeta? REFLEXIÓN ¿Es quizá este hombre un profeta? Aparentemente es un hombre muy normal. Pero atrevido, emprendedor. No se conforma con lo que ve, sabe "oler" posibilidades, quiere abrir ventanas cerradas. Busca y lo intenta. Quizá muchos otros no las vemos, ni las intuimos… y necesitamos que nos las señalen, que nos las abran. En la sociedad, en la Iglesia, en nuestras mismas casas...

REFLEXIÓN ¿Y cómo llamaríamos a esa escalera? ¿Esperanza? ¿Quizá silencio y oración? ¿Quizás deseo y búsqueda? El que busca, el que espera, es alma acogedora; no se asusta de Dios cuando lo encuentra.

REFLEXIÓN Fue también desde el cielo, aparentemente cerrado y vacío, de donde bajó revoloteando el Espíritu hasta posarse sobre una mujer acogedora de Nazaret. ¡La que se armó!

En el Adviento, se nos llena el cielo de Espíritu, que REFLEXIÓN Aquella ocasión tan especial quiere renovarse cada vez que llega el Adviento y la Navidad. Dios quiere volverse a posar en nuestra tierra, en los que tenemos esperanza. En el Adviento, se nos llena el cielo de Espíritu, que revolotea de nuevo buscando dónde posarse. Sí, hay que mirar al cielo y pedir: “Cielos, lloved vuestra justicia…”

¡Cielos, lloved vuestra justicia! ¡Ábrete, tierra! REFLEXIÓN ¡Cielos, lloved vuestra justicia! ¡Ábrete, tierra! ¡Haz germinar al Salvador!

¡Cielos, lloved vuestra justicia! REFLEXIÓN ¡Cielos, lloved vuestra justicia! ¡Ábrete, tierra! ¡Haz germinar al Salvador! Que el Espíritu de Dios, el que trae vida al mundo, se pose sobre nosotros… Que nosotros, como tierra acogedora, nos abramos con generosidad a las sugerencias del Espíritu… Que se refuercen en nosotros las actitudes aprendidas de Jesús, para llenar de palomas nuestro universo.

¡Cielos, lloved vuestra justicia! REFLEXIÓN ¡Cielos, lloved vuestra justicia! ¡Ábrete, tierra! ¡Haz germinar al Salvador! Que el Espíritu de Dios, el que trae vida al mundo, se pose sobre nosotros… Que nosotros, como tierra acogedora, nos abramos con generosidad a las sugerencias del Espíritu… Que se refuercen en nosotros las actitudes aprendidas de Jesús, para llenar de palomas nuestro entorno.

F I N ¡Cielos, lloved vuestra justicia! ¡Ábrete, tierra! ¡Haz germinar al Salvador! F I N