La Revolución Francesa se inició durante el reinado de Luis XVI, quien reinó dentro del marco del absolutismo real. El reino que había heredado Luis XVI, distaba mucho de ser un país próspero a causa, en gran parte, de los gastos excesivos, por la fastuosidad y el derroche, que la vida cortesana exigía. Luis XVI

Además del despilfarro que se daba en la corte, lo que disminuía los fondos del erario del reino, también éstos se veían afectados por los privilegios de que gozaban el alto clero y la nobleza, entre ellos la exención de impuestos. En contraste a la opulencia en que vivían el alto clero y los cortesanos, sobre el pueblo, con severas carencias e inmerso en la miseria, la injusticia y la arbitrariedad, descansaba la economía de la nación.

Aunque Luis XVI intentó corregir la situación que prevalecía en Francia, las mismas personas que le rodeaban, entre ellas su propia esposa, María Antonieta, acostumbrados a una vida fácil y exenta de preocupaciones, presionaban ante el rey para evitar los cambios que la nación ya requería. María Antonieta

Jacobo Necker Ejemplo de lo anterior, fueron los despidos sucesivos de sus ministros de Hacienda: Roberto de Turgot y Jacobo Necker, quienes intentaron sanear las finanzas del reino, desapareciendo los privilegios de los nobles y reduciendo los de la corte. Roberto de Turgot

La estructura social de Francia estaba constituida por los Estados Generales, divididos en Primer, Segundo y Tercer Estado. El Primer Estado correspondía al alto clero, el Segundo, a la nobleza y el Tercer Estado o Estado Llano lo conformaba el pueblo: burgueses, obreros y campesinos.

Entre los intelectuales de Francia se contaban Montesquieu, Rousseau, Voltaire, Diderot, Locke, entre otros. Montesquieu Rousseau Voltaire Diderot El pensamiento filosófico de dichos personajes estaba en desacuerdo con el gobierno absolutista, con la concentración de poderes y con la división de las clases sociales.

El rey, al considerarse la máxima autoridad por derecho divino, siguiendo la actitud de monarcas anteriores, no juzgaba necesario escuchar la opinión de los diputados de los Estados Generales. Necker rindiendo cuentas ante Luis XVI Ante la caótica situación financiera de Francia y la problemática social entre los tres Estados, las discusiones al respecto, interesaron a todos.

Algunos nobles simpatizaron con el Tercer Estado y divulgaron ideas democráticas, contándose entre ellos, el duque de Orleans, primo del rey y Gilberto Lafayette, quien había luchado a favor de la independencia de las 13 colonias inglesas en Norteamérica. Gilberto Lafayette Lafayette pugnaba por convocar una Asamblea Nacional para buscar las medidas que pudieran sacar a Francia del desastre financiero.

Por otra parte, el pueblo francés ya se había acostumbrado a discutir públicamente, a pesar de la represión, los problemas de la nación y sus comentarios siempre fueron adversos a los reyes y a la corte. En los trabajos previos a la Asamblea Nacional, las provincias, en sus asambleas locales, solicitaban una Constitución; el Primer y Segundo Estados pugnaban por mantener sus privilegios y el Tercer Estado, la reforma del gobierno y la sociedad, aunque todos estaban de acuerdo en pedir garantías individuales y libertad de pensamiento.

El 5 de mayo de 1789 se inauguraron los trabajos de la Asamblea Nacional de los Estados Generales, después de haber logrado que Necker asumiera nuevamente el Ministerio de Hacienda, que el número de diputados del Estado Llano o Tercer Estado tuviera un número casi igual al de los otros Estados. Historieta de la época: Luis XVI pide “¿Dónde está el dinero del impuesto?" El ministro financiero, Necker, mira encendido y dice que "el dinero estaba allí vez última que miraba." Los nobles y el clero están haciendo furtivamente fuera de los sacos que llevan de la puerta de dinero.

Luis XVI , en su discurso inaugural de la Asamblea Nacional dijo que los trabajos de los diputados deberían limitarse única y exclusivamente al estudio del problema financiero, de modo que las expectativas de cambio en el orden gubernamental y social que el pueblo ansiaba, cayeron por tierra.

Sin embargo, los trabajos se iniciaron y el primer punto de discusión fue la forma de votar; el Primer y Segundo Estado pretendían una votación por Estados para apoyarse mutuamente, en tanto que el Tercer Estado, considerando que contaban con 600 diputados más simpatizantes entre la nobleza y los sacerdotes, solicitaban fuera por cabeza. Cartel de los 3 estados.

La razón que esgrimía el Tercer Estado o Llano, era que ellos representaban al 96% de la población y por lo tanto, si los otros dos Estados no querían sesionar con el Estado Llano, las decisiones a tomar por este último, serían válidas ya que eran mayoría representativa. Las dificultades para sesionar en forma conjunta dio oportunidad al rey de cerrar el salón de sesiones y de esa manera disolver a la Asamblea Nacional.

Los diputados, indignados, se trasladaron a un salón de Juego de Pelota y ahí se comprometieron a no separarse mientras no quedase establecida la Constitución del reino. El rey había declarado las actividades del tercer estado ilegal y había rechazado reconocer a la "asamblea nacional." Satisfaciendo en desafío en una cancha de tenis de interior en Versalles, el tercer estado juró para no separarse hasta que una constitución había sido escrita para Francia. Su juramento se conoce como el juramento de la cancha de tenis.

El rey ordenó que cada Estado sesionara por separado y cuando se presionó para que la orden real fuera cumplida , el conde Mirabeau, representante elegido por el Estado Llano, respondió: Id y decid a vuestro señor que estamos aquí por la voluntad del pueblo y que no se nos hará salir sino por la fuerza de las bayonetas. Mirabeau

El 9 de julio de 1789 la Asamblea adoptó el nombre de Constituyente porque iba a elaborar la primera Constitución de Francia. La situación cada vez se tornaba más difícil: muchos campesinos dejaron de pagar impuesto, saquearon graneros, atacaron comerciantes y empleados de aduanas. Mirabeau y Robespierre organizaron el Club Bretón que posteriormente fue identificado como el Club de los Jacobinos por sesionar en un convento jacobino.

La Bastilla - como fortaleza medieval El 13 de julio se exigió al rey el regreso de Necker y la salida de las tropas mercenarias, pero Luis XVI, se negó. El pueblo enardecido decidió, el 14 de julio de 1789, terminar con la prisión del Estado, la Bastilla, que representaba todas las iniquidades, atropellos e injusticias del absolutismo y libertar a los presos políticos ahí encarcelados. La Bastilla - como fortaleza medieval

Ropa de los revolucionarios franceses Los diputados del pueblo, obreros en su mayoría, fueron recibidos con disparos y la violenta reacción de la turba enfurecida no se hizo esperar, la que no cejó hasta que la fortaleza se rindió. El pueblo parisino exigió las cabezas del gobernador de la Bastilla y del alcalde de París, las que fueron colocadas en unas picas para ser paseadas por todo París. Ropa de los revolucionarios franceses

Con la toma de la Bastilla, el pueblo francés demostró su decisión revolucionaria que quedó plasmada en el siguiente manifiesto: Unidad e indivisibilidad de la República. Libertad, Igualdad, Fraternidad o la muerte. El 14 de julio de 1789, fecha en que cayó el baluarte del absolutismo francés, La Bastilla, está considerado por la República francesa como un día de fiesta nacional.

Toma de La Bastilla Después de la toma de La Bastilla, el pueblo francés siguió luchando para alcanzar la democracia y la libertad con el lema: Libertad, Igualdad, Fraternidad.