MARÍA: sierva peregrina
Tú eras una joven y sencilla mujer. Tú vivías en un pueblecito. Tu familia no era nada especial.
sierva
¡Tenías toda una vida por delante! Pero... tú estabas enamorada, y tu corazón “soñaba” con lo más hermoso. ¡Tenías toda una vida por delante!
Y... José estaba ahí, ¡también ilusionado!
las antiguas promesas de Dios. En vuestros corazones, resonaban las antiguas promesas de Dios.
Escuchabais sus palabras, y os sonaban siempre a nuevas. Y, seguro, que os ilusionabais ante los planes de Dios.
¡Quién sabe si...!
El Espíritu se posará sobre ti, ¡Salve, María! El Espíritu se posará sobre ti, porque para Dios “todo es posible” .
¿Cómo sería? ¿Era posible? ¿Qué sería de José...?
”El Espíritu te cubrirá con su sombra...”
Tu respuesta es clara y sencilla: “Hágase en mí según tu palabra”
Y Dios se hizo PRESENCIA... Y tú te abres a sus deseos, porque tu corazón está enamorado.
Eres su SIERVA, y ahora te pones en camino... ¡PEREGRINA!
“José, no temas llevarte porque lo que hay en Ella a María, tu mujer, porque lo que hay en Ella viene de lo Alto...”
Y... JUNTOS os ponéis EN CAMINO.
Vuestra condición... ¡SER CAMINANTES!
peregrina