33º Domingo Tiempo Ordinario - Ciclo B “Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida perpetua, otros para ignominia perpetua”. (Dan 12,1-3).
La venida del Señor será un momento de juicio y de salvación. A la libertad humana se le confía la posibilidad y la responsabilidad de poder decidir sobre su destino final.
El futuro al que nos orienta la virtud de la esperanza se prepara en este presente, por la virtud de la paciencia.
Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos… Mc 13, 24-32
con que se ha de presentar El poder y la majestad con que se ha de presentar al final de los tiempos evocan el principio de la creación y la liberación de su pueblo.
Los astros eran divinizados y adorados en el mundo pagano. La venida del Señor no significa el fin físico del mundo, sino el fin de un mundo marcado por el peso de nuestras frecuentes idolatrías.
“Verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes” Será el signo y el inicio de una comunidad universal que reunirá en la verdad y en el amor a gentes procedentes de todo pueblo y toda lengua.
La esperanza nos exige vivir atentos y vivir amando esta tierra. “Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca”. (Mc 13,28-29). La esperanza nos exige vivir atentos y vivir amando esta tierra.
La aparición de los grandes valores humanos, es signo de la presencia del Reino de Dios y de la manifestación del Señor.
Que la paciencia y la perseverancia sean Señor Jesús, en cada eucaristía manifestamos nuestra decisión de vivir aguardando tu venida. Que la paciencia y la perseverancia sean un testimonio de la verdad de nuestra esperanza. ¡Ven, Señor Jesús! Amén
José Román Flecha Andrés Texto: LA SEMILLA, Ciclo B –Editorial Monte Carmelo Presentación: Antonia Castro Panero