Ecolina era una joven gallina que vivía en la montaña con su familia Ecolina era una joven gallina que vivía en la montaña con su familia. Comían frutas y verduras, gusanos y hierbas… Jugaban libres por el campo y dormían a la sombra de los árboles. Un día, se divertían jugando todos los animalitos al escondite, y Ecolina que quería hacerlo tan bien, tan bien, que de tanto que se escondió, ¡después no supo volver a su granja!

¿Ostras, y qué comeré yo ahora ¿Ostras, y qué comeré yo ahora? – dijo Ecolina- Estas coles y estos gusanos desprenden un olor y tienen un sabor que no me gusta nada, y no quiero que me sienten mal. ¡Pero no encuentro mi casa y tengo mucha hambre! -. Para encontrar a tu familia, de las gallinas de los Serranos, deberás caminar todavía mucho rato, pero continúa recto- dijo el verderón mientras salía volando. Ecolina empezó a caminar, pero no reconocía nada ni veía a nadie. Además, se estaba acercando la hora de cenar y se empezaba a hacer de noche. Al momento llegó a un campo de coles y se lanzó desesperada a picarlas, pero sintió un olor muy extraño y desagradable. De repente un verderón que volaba por el cielo le dijo: -¿Qué buscas Ecolina? Aquí solo encontrarás coles. No hay más hortalizas ni verduras; ni tampoco lombrices, ni gusanos, ni escarabajos. Han llegado unas máquinas y han echado esos productos químicos por todos los campos, y han matado todos los animalitos que vivían allí. Sólo quedan unos gusanos que se están comiendo todas las coles.

Ecolina siguió caminando, pero seguía sin encontrar su granja Ecolina siguió caminando, pero seguía sin encontrar su granja. De repente vio como se reflejaban unas lucecitas en el horizonte y salió corriendo para ver si encontraba algo para comer. ¡Se topó con un edificio muy grande y luminoso, y dónde……reconocía el olor!! ¡Olía a gallinas! Entró corriendo, pero cuando cruzó la puerta se quedó sorprendida. ¡Había miles de gallinas viviendo en jaulas! Ecolina salió de la granja a toda velocidad.

Cuando paró de correr se dio cuenta de que había llegado a un bosque, y cómo ya era de noche y estaba agotada buscó un árbol para poder echarse una cabezadita. Cuando se despertó, ya lucía el sol, y ella estaba todavía muy cansada. Hacía muchas horas que no comía nada, y necesitaba las frutas y hortalizas que tanto le gustaban, para que le dieran energía y la animaran a seguir buscando su casa. Cuando se decidió a emprender el viaje, todavía con el estómago vacío, vio muy cerca unas balas de paja junto a unos campos de maíz. Al aproximarse se dio cuenta que había millones de granos…… ¡Qué contenta estaba Ecolina! ¡Por fin podía comer algo!

Oioioioioioioioii!!-dijo Ecolina- ¡No había visto nunca tantos granos de maíz tan iguales! ¡Parecen fotocopias! Y una mariposa, que pasaba volando en ese momento, la escuchó y le dijo: -Si quieres comer maíz de una variedad tradicional, con diferentes colores y formas tendrás que seguirme. Y Ecolina, muy contenta, corrió y corrió detrás de la mariposa.

Y tú, ¿de qué modo vivirías? Poco a poco comenzó a cruzarse con abejas y mariquitas, a ver campos de naranjos y granados, tomates y calabazas. Se cruzó con verderones, oyó croar ranas ¡y el canto de su padre Kirieco! ¡Por fin había llegado a casa! Ecolina contó la historia a su familia, y les dijo que quería vivir con ellas, en el campo, sin jaulas. Que quería luz natural y luz de la luna; que quería comer frutas y hortalizas. ¡Y que quería vivir con toda la gran familia que era aquella granja! Y tú, ¿de qué modo vivirías?