2º DOMINGO DE ADVIENTO - CICLO C - Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas… Y todos verán la salvación de Dios. Lc 3, 2-6
La esperanza nos mantiene en vigilancia para imaginar un futuro El Adviento nos recuerda que el ser humano no se agota en sus realizaciones concretas. La persona no se identifica con sus logros. La esperanza nos mantiene en vigilancia para imaginar un futuro y para prepararlo con nuestras decisiones actuales.
que nos remite a Jesucristo: a su encarnación en nuestra tierra Es un tiempo de gracia que nos remite a Jesucristo: a su encarnación en nuestra tierra y en nuestra historia. Dios se ha hecho humano en Jesús para que nosotros podamos aspirar a ser divinos por él, con él y en él.
“ Preparad el camino del Señor. Allanad sus senderos” No son los senderos de la estepa los que han de enderezarse, sino las costumbres y los hábitos de las gentes. Es necesaria una conversión de la vida toda.
de la libertad recobrada. Era el anuncio dirigido a los judíos reportados a Babilonia. Los caminos del desierto habían de hacerse accesibles para una multitud que retornaba a su patria Era la buena noticia de la libertad recobrada.
El pregón del Bautista culmina con un verso inolvidable: Todos verán la salvación de Dios
como una salvación obrada por Dios. El mensaje proclamaba la obra del Mesías como una salvación obrada por Dios. Muchos la entenderían en sentido político frente al poder de Roma.
Y otros muchos como la liberación de todo lo que impedía al ser humano aceptar a Dios como Dios.
También para nosotros, este mensaje es un “evangelio”, una buena noticia. Necesitamos ser librados de mil presiones externas y de muchas tendencias personales que nos dañan. Solo Dios puede salvarnos de todo lo que nos impide ser humanos de verdad.
Señor Jesús, al que reconocemos como Salvador, ven a librarnos; no tardes más. Amén.
Autor: José Román Flecha Libro: Palabra del Señor Editorial. Secret. Trinitario. Salamanca 2007